Este año tocan todos los colores.
Aunque no encontramos ninguna fukubukuro que nos interesara este año, había algo muy especial en los gachapones. ¡Sí, se trata de Cal a tamaño real! Es una oportunidad única, ya que solo existe un ejemplar de servidora en este mundo -creo-.
Pilas no incluidas.
Tras ir a comer a un sitio de pizza que está un poco escondidillo pero que es una maravilla, apareció un santuario salvaje en el que nunca nos habíamos fijado antes. Se llama Akiba jinja (秋葉神社), y con la iluminación nocturna estaba muy bonito.