lunes, 24 de septiembre de 2018

Pika-moto

¿Hola? ¿Alguien sigue leyendo esto?

*grillos*

¿No? Bueno, pues entonces no me entretendré en hablar mucho más del viaje a Seúl y voy con la última entrada de este tema.

Y con la última foto de servidora durante este viaje.

Pasamos por Myeongdong para ir a café Gaene, la cafetería de perros a la que vamos siempre -si váis, atención a Conan, el perro salchicha ex-obeso. Parece que ha cogido la costumbre de saltarte encima tanto si ya tienes a otro perro sobre el regazo como si no. Tú eres su cojín y nadie le va a frenar, hombre ya-.

Se adivina cuál es Conan, ¿verdad? En el fondo es adorable.

Cuando ya estábamos casi llegando esta moto me llamó la atención.


¡Es la Pika-moto!

sábado, 22 de septiembre de 2018

Pierrot shopping

Cuando pasamos por delante del centro comercial Doota en Dongdaemun en nuestro último viaje a Seúl, nos encontramos de casualidad con esto.

Las mascotas de Pierrot shopping.

Entonces nos acordamos de que en Corea del Sur recientemente han decidido crear una tienda imitación de Don Quijote -la cadena de tiendas baratillas y caóticas que venden casi de todo- llamada Pierrot shopping. De hecho creo que la de Dongdaemun la abrieron en septiembre, así que la pillamos nueva y reluciente.

Se encuentra en el sótano del centro comercial, así que fuimos bajo tierra a explorar. Fue fácil de encontrar.

"Compras locas". 

Entremos pues.

Viene a vender más o menos lo mismo que Don Quijote -con más productos coreanos, claro-, pero tiene una gran diferencia. Es como Don Quijote pero en versión limpio y ordenado -esperemos que esta cualidad dure- y también más caro -esta cualidad mejor la cambiamos-.


Por supuesto, no podía faltar el pollo de plástico. Siempre hay pollos de plástico en estas tiendas.


Al igual que Don Quijote tiene su canción machacona que tienen en loop constantemente, Pierrot shopping también tiene su cancioncilla, que es más rollo k-pop. Tras pasar un rato dentro oyendo la misma canción petarda por enésima vez te empiezan a entrar ganas de hacer mucho daño a alguien, así que Kazuki y yo nos alegramos de no trabajar allí.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Cafetería de loros en Seúl

Recientemente Kazuki y yo volvimos a pasar unos días en Seúl. La vez anterior que estuvimos teníamos intención de ir a una cafetería de pájaros, pero al llegar al sitio descubrimos para nuestro horror que había cerrado definitivamente.
Para resarcirnos, estuve investigando si había alguna otra -que todavía estuviera abierta-, y encontré una que se denomina a sí misma como "cafetería de loros", en la zona de Sungshin Women's University, donde nunca habíamos estado antes. Por lo que vi en Instagram tenían multitud de cotorras, cacatúas, loros, etc., así que como amantes de los pájaros estaba claro que había que ir.

Cogimos el autobús urbano que nos dijo Naver Map que iba para allá -Google Maps no va muy fino que digamos en Corea del Sur...-, y no mucho después llegamos allí. De camino a la cafetería, hay una calle comercial con bastantes tiendas de cosméticos y ropa, cafeterías y restaurantes. Creo que eramos los únicos turistas -paz y felicidad-.


Por fin llegamos al sitio, que se llama 우리집새새꾸 -en alfabeto romano sería algo así como "Urijibsaesaekku"-. Está en un sótano.


Abren de 12:00 a 20:00 -los martes abren a las 14:00- y cierran los jueves. Nosotros fuimos un miércoles.
Al entrar hay que quitarse los zapatos y ponerte alguna de las chanclas de plástico que tienen en una estantería. Luego entendimos por qué -caca de pájaro más pájaros a los que les gusta comer calzado-. Hay que pagar 6000 won de entrada, que no incluye bebida -las latas de refrescos son 1000 won-, y aunque los fines de semana puedes estar un límite de hasta 3 horas, entre semana puedes estar todo el tiempo que quieras.
Bueno, vale ya de cháchara, vamos a jugar con los pajaritos. Os recomiendo llevar ropa que no apreciéis mucho, porque nunca sabes cuántas veces te van a cagar encima -afortunadamente tienen toallitas húmedas para limpiarte-.

 Minutos antes de que Kazuki haga su truco de princesa Disney.

 A esto me refería.

"Ñam, ñam, estas pipas son una delicia."

Por fin puedo ser pirata.

Loro columpio.

¿Debería secuestrar a esta cacatúa tan mona?

¿Lo? llamaré Naranjito, porque tiene la cabeza naranjita.

Cuando acabamos fuimos a comer a un restaurante cercano -en la calle de atrás- que pintaba muy bien. No se lo digáis a los pájaros, pero comimos pollo.

Y pulpo.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Paellas musicales

En julio la señorita Madness y yo estuvimos en un concierto de Bradio, y me acabo de dar cuenta de que nunca lo llegué a mencionar.

Foto de cuando ya había acabado.

El concierto fue en la sala Liquidroom Ebisu -curioso nombre-. Como en absolutamente todas las salas de conciertos japonesas, teníamos nuestro ticket de bebida que te obligan a comprar en la entrada -normalmente unos 500 yenes- si quieres pasar, independientemente de que ya hayas pagado por el concierto, costumbre que nunca me va a gustar, porque si bebo algo antes de que empiece luego estoy todo el concierto con ganas de mear y esas cosas.
Da igual que no quieras beber nada, o pagas el extra o no entras.

*coge aire*

¡INJUSTICIA!

*suelta aire*

*cof* ¿De qué estaba hablando? Ah, sí. Por eso mismo siempre espero a que acabe el concierto para pedir el cubatilla de turno, que luego te puedes beber dentro o fuera, según prefieras.
Pues nos lo estábamos bebiendo dentro cuando vimos carteles de grupos musicales varios adornando las paredes de la sala, y uno nos llamó especialmente la atención.

Sí, al parecer hay un grupo llamado "Paellas", pero pronunciado "paeriazu".

Por el nombre pensaba que sería un grupo de coña, pero no. Este es el tipo de música que hacen.


Investigando el por qué del nombre -sentía curiosidad- al parecer no es porque les guste la gastronomía valenciana ni nada de eso, sino que según ellos lo eligieron en plan aleatorio. Curioso, oye.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Por fin pruebo el fugu

Llevo casi 9 años en Japón y aún no había probado el fugu, o pez globo. La verdad es que es más bien poco común en menús de restaurantes japoneses, hasta el punto de que solo lo había visto dos veces hasta ahora -imagino que por el tema de que si no lo cortas bien es mortal para el comensal y esas cosas...-.
Pues el otro día, tras siglos sin ir a comer sushi, Kazuki y yo fuimos a Sushi Zanmai a cebarnos a pescado crudo un rato, y había un menú limitado de 5 variedades de sushi poco común, siendo una de ellas fugu, así que tras mucho atún decidimos probarlo.


De izquierda a derecha: hamo -un tipo de anguila-, fugu, erizo de mar, ballena, y unagi.
Tocaba repartirnos las piezas, pues solo había una de cada. Para Kazuki el unagi -demasiadas espinas-, y para mí el erizo de mar -a Kazuki le da grimilla-. El fugu decidimos repartirlo, así que le di un primer bocado... para descubrir que está duro y carece completamente de sabor. Es como intentar masticar un trozo de goma insípida. La salsa de soja no ayudaba mucho, la verdad.
En fin, ya lo he probado, no creo que haga falta repetir. Para compensar, el atún que comimos antes estaba muy rico.