Salía yo de casa, un día cualquiera, cuando fuera vi un ser volador que se movía en todas direcciones a gran velocidad, y que me hizo, por acto reflejo, cerrar la puerta y quedarme dentro. No vi claramente lo que era, pero por la forma de moverse... ¿una polilla muy grande? ¿Una cigarra enorme? No puede ser, era grande hasta para el tamaño agodzillado de los insectos japoneses...
El caso es que no podía quedarme más dentro de casa, porque no llegaría a tiempo a coger el tren, así que volví a aventurarme hacia el exterior. Entonces lo vi con claridad, era un gorrión que se estaba volviendo loco intentando salir del descansillo de mi edificio.
En el edificio en el que vivía antes, el descansillo y las escaleras se encontraban en el exterior, pero en el que vivo actualmente, se encuentran en el interior. Hay ventanas, pero normalmente las dejamos cerradas en verano, por el tema del tamaño de los insectos, que parece que se alimenten de plutonio.
¿Y si yo vivo en el piso de arriba del todo, y las ventanas de los descansillos están cerradas, cómo ha entrado el pobre animalito? Ni idea.
Abrí la ventana para que saliera, pero se ve que yo debía de darle miedo y fue hacia abajo, así que plan B, bajar las escaleras para que huya de mi y encuentre la salida por la entrada del edificio.
Funcionó.
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Hace 4 años
Al menos no era un cuervo :-D
ResponderEliminarEntonces no hubiera salido de casa ^^U
ResponderEliminarMenos mal que era una gorrioncillo! yo ya había empezado a imaginarme todo tipo de bichos godzillianos que hay por aquí U_U
ResponderEliminarYo tuve unos segundos de tensión por eso mismo ^^U
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