Siempre da pena que se acabe un año, pero yo diría que este ha sido bastante completo, así que esperemos que el siguiente también lo sea.
No he perdido la costumbre de comer las 12 uvas -aunque tenga que hacerlo con un vídeo de las campanadas del año pasado por el tema de la diferencia horaria-, pero como no es fácil encontrar uvas en esta época del año y no me veo haciéndolo con mandarinas, he estado sustituyéndolas por panchitos y derivados. Menos este año, que por fín he encontrado uvas no excesivamente caras -aunque son un poco grandes, no había más pequeñas-.
Sí, señores y señoras,
habemus uvas.
Con efecto invernal y todo.
¡Feliz año nuevo 2015!
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