Cuando digo pequeño me refiero a que es una calle con puestecillos, un poco de decoración y ya, pero algo es algo. Además como no le suelen hacer publicidad en ninguna parte te lo tienes que encontrar de casualidad.
Esta es la zona exacta en la que se celebra.
Es la calle marcada en rosa.
En cuanto te acercas a los puestos de comida viene un olorcito muy rico. Afortunadamente había comido hacía no mucho, porque suelen ser más bien carillos.
También algunas tiendas habían hecho cartelitos con personajes populares para atraer a los niños, como el Pikachu deforme que se puede ver a continuación.
Nunca falta un puesto de plátanos cubiertos de chocolate.
Otros estaban bastante más currados, como este de personajes de Sanrio.
También hay juegos varios, como los de pescar pelotitas o peces de colores.
Son todos peces vivos y -todavía- coleando.
Tras esquivar unas cuantas decenas de niños por el camino -mientras oía en mi cabeza la típica voz internauta de "en Japón no hay niiiiiños, nadie tiene hiiiijos"-, llegué a lo más típicamente tanabatero, las ramas con deseos en papeles.
Este año yo también he escrito mi deseo, aunque está en otra rama. Esperemos que se cumpla.
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