A finales del mes pasado necesitaba un poco de paz y tranquilidad, así que me di un paseo por allí.
Día de nubes y claros.
A la derecha está el río. Me metí por un caminito que te llevaba hasta justo la orilla, y estuve por ahí de relajación y escuchar el canto de los pajaritos y ver cangrejos y luego me volví. A la vuelta me percaté del cartel de prohibido la entrada...
Ejem...
Un fallo lo tiene cualquiera. Siempre puedo fingir que no sé leer japonés, no pasa nada.
No me inventaba lo de los cangrejos.
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