Los que vi en Saitama, en cambio, tenían algo de espacio para moverte, y la pared de enfrente no estaba casi pegando a los fogones, lo cual me dio una sensación mejor. En el piso en el que vivo la cocina es muy pequeña, pero no tengo que cocinar con la espalda pegada a la pared, lo que se agradece.
Y hoy toca enseñar qué aspecto tiene la cocina de un piso de 21 metros cuadrados.
El horno tostador y la máquina de cocinar arroz -que se ve un poco en la primera foto- se encuentran pegando a la pared opuesta. La nevera y el microondas, curiosamente, no están en la cocina, sino en la habitación.
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