Como en verano lo más apetecible es sentarse delante de una plancha caliente y grandota en la que te haces la comida, fuimos un día de agosto. Con un par.
Este es el okonomiyaki que pedimos.
Este es el de Kazuki. Como buen japonés, echa mayonesa a mansalva.
La comida no está mal, normalita, y la ventilación deja mucho que desear, teniéndome con los ojos llorosos la mayor parte del tiempo por el humo de las planchas. Eso sí, la decoración del local llama bastante la atención.
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