Por eso mismo me tocó buscar una esponja nueva, pero mi piel no se acaba de llevar bien con muchas esponjas japonesas, que en mi opinión rascan bastante. La ducha tiene que ser relajante, no una tortura.
Pensé en comprar una de esas esponjas que parecen una nubecita porque son suaves, pero Kazuki compró una y le duró un mes, así que decidí que no valía la pena.
Una de estas, por si mi explicación no queda muy clara.
Al final pensé que lo mejor iba a ser una esponja para bebés o para niños pequeños, que están hechas pensando en piel sensible y tal. De hecho, ya que estaba me pillé una que fuera mona. Así acabé comprando a Sakanyan.
No le puse yo el nombre, es lo que ponía en la bolsa.
Es un poco pequeña, pero ya me he acostumbrado y es suavecita y mona.
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