Afortunadamente ninguno de los dos nos mareamos en barco.
No es un efecto de iluminación. El agua ES de ese color.
Tras el trauma de que me salpicara el agua esa tan limpia y cambiarme de sitio en el barco-bús, llegamos a uno de nuestros destinos, el templo budista Wat Pho, conocido por el famoso Buda reclinado.
Como sabía de antemano que son muy puritanos y te obligan a taparte el cuerpo a pesar del calorazo si quieres entrar al recinto de la estatua de Buda -religiones, siempre dando por saco- iba con una chaquetilla preparada. Por si sentís curiosidad, este es el tipo de ropa con la que no dejan entrar.
Para los que no vayáis preparados, alquilan una especie de batas para taparse.
Veamos qué hay en Wat Pho.
Es muy grande, pero Kazuki logró sacarlo casi entero.
Volvamos a la zona exterior, sin restricciones.
Otro sitio chulo para ver al que fuimos fue el templo Wat Arun, pero como ya van muchas fotos en esta entrada lo dejo para la siguiente.
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