
Nos encontramos con el mar, y Kamakura a vista de pájaro.





Ya hemos imitado a las cabras montesas lo suficiente, volvamos abajo.

Hay un pequeño templo dentro de una cueva, así que decidimos entrar a ver.



Finalmente salimos de la cueva y acabamos la visita a Hase-dera.

Pero aún quedaba por ver en Kamakura. Próximamente, el siguiente destino.
Mola.
ResponderEliminarMucho.
Iré!!!!