martes, 29 de septiembre de 2020

Renovando el carnet de conducir japonés

Un día de agosto me encontré con esta postal en el buzón.


El texto en rojo dice "aviso de renovación del carnet de conducir". Se me había olvidado totalmente que el carnet japonés caduca a los 3 años -lo que en mi opinión es un periodo de validez extremadamente corto-.

La primera vez que lo tienes que renovar, no es 3 años desde que te lo sacaste, sino que tiene que ser en el periodo de entre 1 mes antes y 1 mes después de tu cumpleaños del año que caduca. Sí, si os toca renovar el carnet de conducir en Japón os vais a encontrar rodeados de gente que cumple los años a pocos días de distancia de vosotros.

Según la postal me tocaba volver a Kounosu, a tomar por saco, donde tuve que ir a convalidar mi carnet español en su momento.


Según la postal lo que necesitaba llevar ese día era:

-El carnet de conducir.

-3850 yenes.

-La postal.

-El carnet de residencia si eres extranjera.

-Gafas o lentillas si las usas habitualmente.


Según la web de la oficina de tráfico hay menos gente por la tarde, así que fui un lunes por la tarde con todo lo necesario en mi mochila.

Hacía buen día. Corría un poco de viento fresco pero se podía llevar manga corta.

En la entrada, tras echarme gel desinfectante en las manos me dirigí a la primera ventanilla, donde tras enseñar la postal y mi carnet me dijeron que rellenara un papel. Una vez rellenado me tocó ir a la segunda ventanilla, donde tenía que pagar la tasa de renovación -el yen es el yen-. De allí me mandaron a la ventanilla 3, donde había una cola que menos mal que hay menos gente por la tarde.
 
No es la cola entera. Hice la foto cuando había avanzado bastante.

Afortunadamente avanzaba bastante rápido, así que no me tocó esperar demasiado. Tras pasar por esa ventanilla toca examinarse la vista, y una vez te dan el sello de que ves bien toca ir a la siguiente ventanilla a enseñar los papeles sellados y carnets varios -¿Habéis visto "Las 12 pruebas de Asterix"?-.
Entonces me mandaron a la siguiente ventanilla, esta vez en la segunda planta -ya empezamos con las escaleras-. Allí toca enseñar los papeles que llevas encima y te mandan a donde te hacen la foto para el nuevo carnet -no hace falta llevar, pero si quieres que usen una foto diferente puedes llevar una contigo-.

Entonces toca volver a subir escaleras, a la tercera planta -ya había perdido la cuenta de cuantas ventanillas llevaba-, donde te dan el papel con el aula a la que te toca ir. Resulta que las personas que renuevan su carnet de conducir por primera vez y las personas que han cometido infracciones de tráfico en años recientes se tienen que tragar una charla de 2 horas, que era lo que esperaba con menos ganas ese día.
Tanto el proceso entero como la charla son, por supuesto, enteramente en japonés. Básicamente nos estuvieron hablando de estadísticas de accidentes de tráfico, a partir de cuantos puntos te quitan el carnet, vídeos de dramatizaciones de gente detenida por conducir ebria... Una fiesta. También te dan un test para rellenar "por diversión", pero lo tienes que rellenar mientras el señor que da la charla no se calla ni medio segundo, así que es imposible concentrarse para leerlo. Menos mal que no hay que entregarlo ni nada, porque de verdad que no había forma.

Y ya está todo, ¡ya tengo mi carnet para otros 3 años!

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Pasando un rato con mini dinosaurios

 Este año por muchos motivos distintos no hemos podido ir a cafeterías de animales a recibir amor peludo o plumífero, pero entonces llegó mi cumpleaños, como todos los años, y decidí que era la ocasión perfecta para ir a visitar una.

Fuimos a la "cafetería" de pájaros más cercana, Tori no iru cafe.

Aunque la última vez que fuimos tenían opción de estar sin límite de tiempo, cuando hay mucha gente no te permiten elegirla, y solo puedes estar una hora. Pues casualmente esta vez mi cumpleaños cayó en domingo, que es un día especialmente popular, así que nada, solo pudimos estar una hora. De todas formas, con el calor que hace ahí dentro y el calor que da el poncho anti cacas y la mascarilla, una hora fue suficiente y salimos recargadísimos de amor -y chorreando de sudor, dicho sea de paso-.

Pero antes de pasar a los pajaritos, vamos con el look del día. Cambié de idea respecto a qué ponerme cuando me asomé a la terraza un momento y ocurrió el milagro de que por fin hacía fresquito.

Mascarilla de camuflaje, a ver si los pájaros logran verme o no.

 

Como gran rareza, tenían una hembra de loro eclecto a la que llamamos Hanako chan. Era preciosa y adorable, y pegaba unos picotazos que ay. Se ve que prefería a Kazuki con sus poderes de princesa Disney.

Con cacatúa rosada mirándola con admiración incluida.

 

Y hablando de cacatúas rosadas, por algún motivo parezco caerles bien -o los cordones de mis zapatillas al menos-.

"Buenas, ¿tiene usted hijos en edad escolar?"

 

Ese día había una cacatúa alba, que es una de mis cacatúas favoritas -excepto por los ataques repentinos de gritar a 140 decibelios al lado de tu oreja que tiene esta especie de vez en cuando. Nadie es perfecto-.

Amor con plumas.

 

Había también muchas cotorrillas mejilla verde.


A continuación Mii chan. No se quería bajar de ahí, pero si le dabas pipas no te las rechazaba tampoco.


Acabamos con esta garza pico de bota a la que decidimos llamar Mimimi Seijin -se podría traducir como Mimimiano o Mimimiana-. Se dedicaba a repetir "mi, mi, mi, mi, mi" delante de mí, imagino que quería comida o algo, pero tenía la impresión de que las pipas no le iban a gustar. Era adorable igualmente.