miércoles, 27 de noviembre de 2019

Turismo otoñal por Tokio

Este mes he visitado un par de sitios de la prefectura de Tokio que no había visitado antes. El primero se encuentra en la propia ciudad de Tokio, y es un santuario llamado Nezu Jinja. Es famoso por su largo pasillo de puertas torii -imaginaos el santuario Fushimi Inari de Kioto pero con menos puertas y muchísima menos gente-.


Las puertas torii son bastante bajitas, yo tuve que ir agachada todo el rato y mido 1,63.

Otro sitio que visité hace poco es un pueblo con montañas y mucho verde en la prefectura de Tokio llamado Akiruno. Ahora en otoño está muy bonito lleno de árboles con hojas amarillas y rojas.
 


En lo alto de una colina también tienen una estatua de Buda que es un poco más grande que la de Kamakura. Se llama Rokuya Daibutsu, y hay que pagar 300 yenes para poder verlo de cerca.

 Se sube por aquí.

 Se puede entrar dentro.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Endometriosis en Japón 4. Gendogaku tekiyo ninteisho.

Como ir al médico y operarse en Japón cuesta dinero incluso si tienes seguro médico, para que hospitalizarte no te arruine hay un documento que puedes solicitar para que no haya que pagar más de una cantidad X al mes.

El documento que se necesita se llama gendogaku tekiyo ninteisho -限度額適用認定証-. Presentando esto, si por ejemplo te hospitalizan dos semanas y te dan una factura de 300.000 yenes, tú solo tienes que pagar el límite que establece este documento dentro de ese mes –si te hospitalizan a finales de un mes y te dan de alta a primeros del mes siguiente el límite es de cada mes, es decir, que tu límite pasa a ser X multiplicado por 2 porque has estado 2 meses distintos, así que si os hospitalizan en Japón mejor pedid que sea a primeros de mes-.

Dependiendo de tus ingresos anuales, tu límite mensual varía, y se calcula usando una fórmula. En mi caso la fórmula es: 80.100 yenes+(gastos médicos-267.000yenes)×1%.

Ahora, este límite solo aplica a los gastos base, tienes que pagar aparte si por ejemplo pides una habitación privada, si alquilas un pijama, la comida del hospital –es obligatorio que comas lo que te da el hospital, pero tienes que pagarlo aparte porque hay que sacar dinero al contribuyente-, etc.

¿Cómo se solicita este documento? Pues si tienes el seguro de salud nacional –llamado kokumin kenkou hoken (国民健康保険)- que se hace en el ayuntamiento, tienes que ir al ayuntamiento para hacer el papeleo. Si tienes un seguro de empresa –llamado shakai hoken (社会保険)- como es mi caso, tienes que hacer el procedimiento con la empresa de seguros.
En mi caso me bajé el papel a rellenar de la web de la empresa, lo rellené y lo envié por correo a la dirección que sale en la parte inferior de mi carnet del seguro médico.
A la semana me llegó una carta en respuesta con una tarjeta de cartulina con tus datos que hay que entregar junto con tu carnet del seguro médico a la hora de ingresar en el hospital para que no te cobren más de este límite.

sábado, 23 de noviembre de 2019

Ironías de la vida

El viernes fui con Sonia a una viewing party de la final de Drag Race UK que hacían en un bar de Shinjuku Ni-chome -el barrio de ambiente de Tokio- llamado Eagle Tokyo Blue. Si la habéis visto, no os cortéis en comentar quién queríais que ganara y si estáis de acuerdo con el resultado o no -como soy una buena persona no voy a hacer spoilers-.

Según estábamos casi llegando al sitio, apareció este bar cuyo nombre nos provocó unas cuantas risas.

Ni hecho aposta.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Endometriosis en Japón 3. Dos meses antes de la operación.

El 10 de octubre fui al hospital a hacerme los análisis que normalmente te tienes que hacer un mes antes de la operación.
Primero me tocó consulta, en la que me preguntó el ginecólogo que qué tal de efectos secundarios. Le conté un poco y me dijo que si podía aguantarlos todavía –como si por decirle que no me fuera a quitar la medicación o algo...-. Me dijo que esperase delante de la sala de consultas, y me llamaron bastante rato después para darme un mapa del hospital porque tenía que recorrer varios sitios diferentes para hacerme análisis, así que mapa en mano me fui a hacer algo parecido a las 12 pruebas de Asterix.

Con numeritos para que no me pierda, cosa que agradezco infinito.

Me tocó por orden y todo en sitios diferentes: análisis de orina, sangre, radiografía del pecho, prueba cardíaca con electrodos, prueba de capacidad pulmonar, pesarme y comprobarme la tensión arterial. Al final de vuelta en la sala de consultas me dieron cita con el/la anestesista –el idioma japonés es muy ambiguo, así que aún no sé qué es- para la semana antes de operarme, y me dieron una explicación de cosas que no debo llevar en el cuerpo en la operación como manicura, piercings, dientes postizos, extensiones de pestañas, etc., que me tiene que acompañar alguien ese día, y más etc.

Los resultados de los análisis me los dieron 2 semanas después. Estoy SÚPER sana. Dejando de lado tener que ir más veces a por recetas de Suprecur porque nunca me da más de 1 o 2, pasemos a la visita importante del 21 de noviembre.

Ese día me dieron cita para explicarme más acerca de la hospitalización. No voy a entrar mucho en detalles porque sería muy largo de explicar.
Básicamente me llevé un libreto y un taco de papeles a casa con todo tipo de explicaciones, como un horario de todo lo que posiblemente tenga que hacer cada día mientras esté ingresada en el hospital, explicaciones sobre anestesias varias –con dibujitos y todo-, una lista de cosas que necesito traer, como pijama –tiene que ser de los que se abre con botones por delante. Como no tengo me dieron la opción de alquilarlo, que me sale más barato que comprar uno que no voy a usar luego-, calzado, toallas, artículos de higiene, un vaso con pajita para que me puedan dar de beber cuando esté hecha mierda tras la operación, etc.

Que no os engañe lo de "hospital guide", está en japonés.

jueves, 21 de noviembre de 2019

Endometriosis en Japón 2. Los quistes crecieron.

En mi cita de mayo de 2019 en el hospital, y tras esperar 3 horas y pico –en este hospital es normal, he llegado a esperar 2 horas solo para recetas...- y un examen pélvico, el ginecólogo me dijo que el quiste derecho había crecido bastante. Primero que 8 cm, luego que 6 cm –no lo tenía muy claro, se ve-, luego que hay que hacer una resonancia magnética y que si fuera 8 cm habría que operar porque se puede volver cancerígeno. También me hicieron un análisis de sangre ese día.

La resonancia magnética fue 3 semanas después, ya en junio, y el resultado el día siguiente. Para la resonancia magnética milagrosamente no tuve que esperar nada, pero al día siguiente para los resultados 3 horas y pico.
El resultado de mi análisis de sangre bien, mis marcadores tumorales hasta habían bajado bastante y todo –dan altos con endometriosis-, pero la resonancia magnética decía que el quiste derecho ahora medía 7 cm, y no me quedó muy claro cuánto medía el izquierdo, pero mis ovarios estaban básicamente pegados y formando una masa tan grande como mi útero. Me dijo que aunque no era urgente porque todavía no había llegado a 8 cm, me recomendaba operarme, y me dio un mes para pensármelo tras explicarme cómo sería la operación.

En mi cita de julio en el ginecólogo le dije que sí, que me operaba, y pusimos la fecha de la operación a 3 de diciembre. Me dijo que me tocaría ingresar en el hospital el día anterior, y que si sale todo bien y se puede operar por laparoscopia estaría de alta el viernes de esa semana, y si hubiera complicaciones y tocara cambiar a laparatomía, que el jueves de la semana siguiente. Aunque una laparoscopia es una operación por la que en muchísimos países está todo hecho en un día, en Japón por lo que he visto te obligan a hospitalizarte para la operación más pequeña al menos 5 días.

Para intentar encoger un poco el tamaño de los quistes y las adhesiones antes de la operación me quitó de la píldora –la que me había mantenido sin ataques de dolor durante 6 meses- y me dijo que un mes y pico después, cuando toda la medicación haya salido de mi cuerpo, tocaría empezar a usar un spray nasal que me induciría una menopausia temporal durante 3 meses. Fiestaa...

Afortunadamente los ataques de dolor agonizante repentinos que solía tener no volvieron el mes y medio que estuve sin la píldora, y me tocó volver al ginecólogo a finales de agosto para empezar con el spray nasal mencionado anteriormente llamado Suprecur -スプレキュア en japonés-. Tenía que estar usando esa medicación hasta el día antes de la operación, y me dijo los efectos secundarios que muy posiblemente podría tener, como sofocos, insomnio, osteoporosis, dolor muscular, y un largo etcétera.

Menopausia embotellada.

Aunque cada persona es un mundo, estos fueron los efectos secundarios en mi caso:

-Primeras 2 semanas: Las primeras semanas se supone que los síntomas de la endometriosis empeoran antes de empezar la menopausia. Tuve la mala suerte de coger un resfriado justo el 2º día de empezar la medicación, así que tal vez por eso lo pasé especialmente mal.
Mis síntomas fueron: hinchazón de estómago -llevo hinchada cerca de un año, pero esto era el doble de lo normal-, rápido aumento de peso a pesar de estar comiendo lo mismo –combinado con la hinchazón, en una sola semana ya no me entraba ninguno de mis pantalones largos-, mucha menos fuerza física en general y me cansaba con mucha facilidad.

-3ª y 4ª semana: Empiezo a notarme algo menos cansada, así que con algo más de ejercicio de lo habitual y reduciendo calorías un poco logré volver a entrar en parte de mis pantalones. Tengo dolor de cuello y hombros bastante fuerte y al hacer ejercicio me da agujetas el doble de fuertes de lo normal. También empiezo a tener problemas para dormir algunos días, aunque es a lo mejor una vez a la semana como mucho.

-6ª semana: Mi abdomen se deshincha y dejo de subir de peso. Vuelvo a cansarme con facilidad y empiezo a tener dolor de rodillas aleatorio.

El resto de tiempo de tratamiento mis síntomas son mayormente el dolor de rodillas aleatorio, dolor fuerte de hombros y cuello, agujetas con cualquier mínimo ejercicio, se reduce mucho mi tolerancia al alcohol y me dan mareos aleatoriamente. El único lado bueno es no menstruar.

Afortunadamente lo de los mareos también fue temporal, y aunque todavía me estoy medicando -¡ya solo queda una semana y poco para despedirme del Suprecur!- ya no los tengo.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Endometriosis en Japón 1. El diagnóstico.

Todo empezó a finales del 2017. Yo siempre había tenido reglas dolorosas, pero en los últimos meses del 2017 empezó a ir a peor. O un día durante la menstruación o unos días antes de repente me daba un cólico tan fuerte que me podía tirar de 30 minutos a 2 horas retorcida de dolor hecha una bola en el suelo sin poder moverme. Esto solía coincidir con cuando sentía algo de gases intestinales, así que pensé que era eso mezclado con dolor de regla, y como solo era un día al mes no le di mayor importancia.

Esto continuó, siendo el dolor un poco peor cada mes, y a finales de septiembre de 2018 me dio un cólico tan fuerte que me tiré casi una semana sin apenas poder comer ni andar. Entonces fue cuando decidí que sí que era algo a lo que darle importancia, y como me solía coincidir siempre con la regla decidí que lo mismo era un problema ginecológico y no intestinal, y tras investigar un poco decidí en octubre visitar una clínica ginecológica en Shibuya con doctora y bastantes mejores críticas en Google que las de mi barrio.

Era mi primera visita a la ginecóloga en Japón, y aunque ya había oído hablar de ello, experimenté por primera vez la cortinita que te ponen cuando te hacen el examen pélvico. Suena a coña, pero tras sentarte en la silla esa de tortura, hay una cortinita que pasa sobre la cintura de modo que no puedes verte ni las piernas ni a la persona que te hace el examen. Lo he dibujado para que os hagáis a la idea.

La cortina en realidad es más ancha, de pared a pared.

Al parecer es para que no te dé vergüenza ver la cara de la persona que te está metiendo un tubo en la vagina, cosas raras de este país. Puedes pedir que la quiten, pero a mí personalmente me da igual tanto si la ponen como si no.

Durante el examen me dijeron que tenía los ovarios hinchados –eso no te lo enseñan en la escuela de japonés-, y tras terminar y hablar con la ginecóloga, al parecer tenía unos quistes más bien grandes en ambos ovarios. Me hicieron un análisis de sangre para ver mis marcadores tumorales, para ver si podía ser algún tipo de tumor maligno, y el mismo día por la tarde fui a otro sitio en Shibuya para que me hicieran una resonancia magnética.

Una semana después tuve que volver a por los resultados. El diagnóstico, endometriosis. Mis quistes eran benignos, más concretamente endometriomas –pero joden igualmente-. La ginecóloga me hizo una “carta de presentación”-紹介状 en japonés. Se lee shôkaijô- para un hospital grande, para que me lo controlaran allí –las clínicas no suelen tener equipamiento para cirugía si hace falta, por ejemplo-, y le pedí que me la hiciera para el hospital más cercano a mi casa.

Respecto a las cartas de presentación, en Japón para ir al médico puedes ir directamente a una clínica del especialista que necesites, o si tienes algo más grave a un hospital grande si tu especialista te escribe una de estas cartas –sin carta muchos hospitales no te admiten, o te admiten pero cobrándote un extra-. La carta tiene datos sobre tu condición de salud, y está cerrada para que no puedas ver lo que hay dentro, al parecer por “privacidad”. Si lo de la cortina me parecía ridículo, esto ya… De hecho, si abres el sobre la carta pierde su validez y ya no te la admiten.

Pues resulta que el hospital de mi barrio era con cita, y cuando llamé para pedirla me dijeron que tenía que llamar el 1 de cada mes para pedir cita para el mes siguiente, y que insistiera mucho con el teléfono desde que abrieran la línea, porque se peta de llamadas y es posible que se llenaran las citas enseguida y me tocara esperar otro mes más. Investigando a ver si la carta de un hospital se podía usar en otro, porque no podía andar esperando tanto, descubrimos que sí, y Kazuki llamó a otro hospital no muy lejos en tren y con bastante historial de cirugías ginecológicas para preguntar si valía la carta –yo ya estaba de los nervios y mi japonés no funcionaba-, y le dijeron que sí. Este hospital se llama Saitama Medical Center –a pesar del nombre en inglés, no esperéis a nadie que no sea monolingüe en japonés allí o que hable 3 palabras en japanglish y ya-.

Aquí es.

Pues fuimos el siguiente día que estábamos libres los dos, y tras rellenar papeles y esperar muchas horas en la sala de espera, y otro examen con cortinita, me dijo el ginecólogo de allí que en mi ovario izquierdo había un quiste de 5 cm, y en el derecho un quiste complejo de 6 cm. Suena grande, ¿verdad? Pues al parecer no era tan grande como para necesitar operarme –a no ser que quisiera tener hijos, que no es el caso ni ahora ni nunca-, así que me dijo que exámenes pélvicos cada 6 meses para controlar que no creciera, y que si llegaba a los 8 cm había que operar porque podía volverse maligno. También me hicieron un análisis de sangre para ver si tengo anemia, ETS, problemas de hígado, etc. En ese sentido estoy sanísima, por cierto.

En mi siguiente visita, ya en diciembre, para ver el resultado del análisis de sangre le pedí que me mandara la píldora, para al menos controlar qué día del mes muero, y esta es la que me mandó.

Lunabell ULD.

La píldora en Japón es CARA, por cierto, pero desde el primer mes de tomarla los cólicos desaparecieron –tuve otro grande de morir de dolor varios días antes de empezar a tomarla- y mi dolor menstrual en general se redujo mucho, así que valió la pena. El seguro de sanidad japonés solo cubre el 70% de tus gastos médicos –siempre tienes que pagar un 30% cuando vas al médico o cuando compras medicinas-, y aún así son unos 2420 yenes por mes de píldora.

Próximamente, el examen pélvico 6 meses después.

lunes, 18 de noviembre de 2019

Endometriosis en Japón: Los inicios.

A finales del año pasado me diagnosticaron endometriosis. Si desconocéis la enfermedad tenéis muchísima información disponible en Google, pero así resumiendo, es una enfermedad crónica de origen aún desconocido que trae mucho dolor e hinchazón abdominal a tu vida.

Cuando me diagnosticaron, y ante la posibilidad de tener que operarme en un futuro cercano si empeoraba -spoiler: empeoró y me tengo que operar en diciembre de este año-, estuve buscando información en internet acerca de cómo sería el proceso en Japón, y encontré cero información tanto en español como en inglés. Aunque no perfecto, yo hablo y leo japonés, e información en japonés hay, pero las experiencias de mujeres japonesas no me resultan del todo útiles, ya que por ejemplo las dosis de medicación en Japón son extremadamente bajas en comparación con España –para que os hagáis a la idea, es difícil encontrar Ibuprofeno de más de 100 mg por pastilla-, y yo quería saber cómo iba a reaccionar un cuerpo como el mío.

Por eso he decidido escribir sobre toda la experiencia, desde que me diagnosticaron hasta después de la operación –pasar por el quirófano por primera vez desde que empecé a vivir en Japón... Acojonada es poco-, para que alguien que en un futuro pase por la misma situación pueda encontrar información que le pueda ser útil.

Esta entrada es solo una introducción, pero etiquetaré todas las futuras entradas relacionadas como "endometriosis", para que sea fácil de buscar a quien le interese el tema.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Egoblog edición casi se acaba el año

Vuelve el egoblog. ¿Qué looks ha llevado Cal, es decir, servidora, los últimos meses? Pasen y vean.

Empecemos por un día de finales de junio en el que hacía algo de calor y no me apetecía demasiado arreglarme.

Me compré esos pantalones en Vietnam. Son muy fresquitos.

Sigamos con julio, cuando empezó el verano de verdad este año. Sí, yo con sandalias.

Ese día sí que hacía CALOR.

Me salto agosto porque sudor. No, perdón, SUDOR. Saltemos a septiembre, que aunque todavía hacía mucho calor, era un poco más tolerable.

De camino a Koshigaya Lake Town.

La siguiente foto es de septiembre también, un día que iba monísima -no es porque lo diga yo- y muy rosa.


Sigamos con octubre. Ya por fin con clima de sudadera. Esta vez el tema era rojo.

Con moñitos mágicos. Los llamo así porque uso muy poco pelo pero quedan grandes.

El look entero.

Para acabar, un look de este mes de noviembre. El tema era neón y unicornios.

Esta vez tocaban trenzas.


A pesar de ser noviembre la sudadera me duró poco ese día.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Dejando el edificio rebonico

Están haciendo reformas en el edificio en el que vivo. Aunque la nota que metieron en los buzones no especificaba mucho, imaginaba que iba a ser para reparar todas las partes rotas de las escaleras que habían pegado de momento con cinta aislante -no me lo invento, llevan así meses-, pero no, al parecer tocaba repasar la pintura de los muros -imagino que lo de arreglar las escaleras lo harán más adelante-.
Llegó el día que se suponía que iban a empezar, y al salir de casa me encontré con este panorama.



Ahí, todo bien cubierto con láminas de plástico para no pringar al pintar. La idea parecía buena hasta que vi la manilla de la puerta.

¿Mmm?

La primera vez que tuve que volver a casa me encontré con el problema de que, aunque en la foto no se aprecie mucho, si muevo la manilla para abrir la puerta se rompe el plástico que está enganchado a la misma. El plástico se tiró ahí al menos 3 días antes de que pintaran, así que no fue de gran utilidad.

Ahora ya está todo pintadito y sin plásticos de por medio, pero todavía no han acabado. A ver qué de rebonito dejan el edificio.