sábado, 31 de octubre de 2009

Halloween

Mwajajajajajaja


Hoy es Halloween, pero esta vez de verdad, así que vuelve a tocar fiesta. Esta vez para la ocasión llevaré mi gorra-calabaza. ¿A que mola?

A mi en realidad Halloween me da igual, el asunto es tener una excusa para ponerme la gorra XD.

viernes, 30 de octubre de 2009

Suppamuucho

La semana pasada Reisa me trajo un cargamento de patatas fritas de sabores varios, entre ellas Wasabeef. Hoy he decidido hablar de las patatas que me estoy comiendo ahora, las Suppamuucho.

Sí, la mascota que se ve a la derecha es una abuela con la cabeza anormalmente de lado.

El sabor es sal y vinagre, así que eso te hace deducir que serán como las Lays vinagreta más o menos. Además, el nombre es curioso, "suppa" viene de "suppai", que significa "amargo" en japonés. Muucho es... mucho XD. En definitiva, según el nombre son amargas de cojones.

Al abrir la bolsa me llegó un olorcillo exactamente igual que el de las Lays vinagreta, pero el sabor es bastante menos amargo. Aún así le doy el visto bueno.

La lista de la compra

Una cosa que no puede faltar en mi nevera, aparte de la botella de agua de dos litros, claro, es la botella de té verde fresquito de dos litros.

Afortunadamente mi marca predilecta es de las más baratas -se llama Oi Ocha-. Aunque normalmente la botella de dos litros cuesta cerca de 200 yens en un supermercado normal, en el super de al lado de mi casa cuesta 157 yens.
Esto es una inversión, ya que soy adicta a esta bebida y si comprara botellas de medio litro en el convini o en alguna máquina de bebidas estaría gastando casi el mismo dinero por mucha menos cantidad.

Y por fín es viernes~ he sobrevivido a mi primer examen grande con bastante buena nota, menos mal. Ahora ya toca descansar, y el martes que viene es festivo, ole.

jueves, 29 de octubre de 2009

Fugu, ese peligroso desconocido

Hace poco me di cuenta de que aún tenía dinero chino que no había cambiado a yenes, así que aproveché después de clase para ir a buscar un banco donde pudiera cambiar divisas.
Al inicio de la búsqueda me encontré con algo que captó mi atención.

¡Biiiicho!

¿Reconocéis este animal? ¡Exacto! Es un pez globo inflado como un idem, o como aquí lo llaman, fugu.
Resulta ser el reclamo de un restaurante especializado en pez globo.


Por supuesto, me tuve que acercar a curiosear un poco. En el escaparate podías ver una pecera llena de peces globo bastante grandecitos, para elegir el que más te guste y comértelo -con el riesgo de morir envenenado/a, claro-.

No se estaban quietos para la foto los jodíos.

Y como nota adicional, ¡hoy he recibido mi permiso de trabajo! La verdad es que ha sido rápido, según tenía entendido se tardaba mucho más en hacer. Ahora solo falta encontrar algún sitio que me quiera contratar a tiempo parcial.

martes, 27 de octubre de 2009

Permanente

¡Ayer por fín fui a hacerme la permanente! La rizada no, gente malpensada, la lisa -vamos, ni borracha...-.
Gracias a Reisa, pude conseguir hora en una peluquería pijísima y carísima de Daikanyama y pagar más o menos lo que cuesta cortarse el pelo por permanentármelo, ¡ole! Todo esto tiene una explicación, necesitan modelos para practicar las cosas que hacen menos a menudo, y si te prestas te pueden teñir, permanentar, etc por un precio bastante más bajo del habitual.
Y por supuesto, ahora toca relatar la experiencia:

Llovía en horizontal -cómo se nota que nos ibamos a comer otro tifón-, pero a pesar de las inclemencias del tiempo llegamos a la peluquería. La chica que me iba a atender me acompañó a mi silla. Me fijé en que tenían varias teles puestas en las paredes, e iban poniendo películas -con subtítulos en japonés porque las tenían sin sonido, las peluquerías son más de música-. Me trajo una mesa y me puso unas cuantas revistas, y ya empezó un poco el tanteo inicial, con la ayuda de su jefe, que la estaba supervisando. Que si mi pelo es en realidad moreno -las cejas me delatan, maldita sea-, que si me lo tiño yo normalmente o no, que hace cuánto que me hice la permanente la última vez... yo estaba dándolo todo en japonés, como una campeona.
Me llevó a lavarme el pelo. Una de las cosas curiosísimas de las peluquerías de aquí es que los sofás se pueden levantar, de modo que te tumban para lavarte el pelo. El invento está bien pensado, pues una vez te han dejado la cabeza enjabonada y aclarada no te duele el cuello -el lavado ha sido siempre mi parte menos favorita, por el dolor de cuello que me suele dejar-.
Ya fuimos a que empezara el alisado. Me puso una mantita en las piernas para que no cogiera frío -llevaba los pantalones empapados hasta arriba por la lluvia, así que se agradeció mucho-. Mientras echaba un vistazo a una revista -y empezaba a aborrecer a Lena Fuji, que parecía salir en 100 de las 120 páginas de la revista-, comenzó el proceso.
En el rato que me tocaba esperar tras eso, me pregutó si quería un café o un té, y me trajo un tecito con leche.
Permanentarse el pelo lleva unas cuantas horas, qué remedio, así que me dio tiempo a mirar bastantes revistas. Tras el alisado me estuvo poniendo un tratamiento para que no se me quedara el pelo demasiado muerto -de hecho se me ha quedado muy suave-. Una vez acabado todo el proceso, me acompañó hasta la estación para que no me perdiera. Esto es totalmente verídico.
Si no supiera que ir a cortarse el pelo allí es demasiado caro para mi bolsillo, me tenían de clienta permanente XD.

domingo, 25 de octubre de 2009

Tokyo Decadance especial Halloween

Este fin de semana se celebró la fiesta del 4º aniversario de Tokyo Decadance en el Christon Cafe de Shinjuku, así que se convirtió en mi plan para el fin de semana.


Ya había oido hablar antes del Christon Café, pero nunca había ido. Es un restaurante temático. El tema es el cristianismo -bastante chungo, sí-.
Lo primero que me llamó la atención en el flyer fue que había dos tipos distintos de dress code, el super dresscode y el sweet dresscode. Mientras que la entrada normal era 4500 yens, y 4000 con flyer, si le gustabas a los gatekeepers, te podías llevar un descuento en la entrada. Si ibas de algún estilo alternativo pero bien mona y currada, la entrada se rebajaba a 3500 yens -ese fue mi descuento, el del sweet dresscode-, y si ibas de una manera exageradísimamente llamativa -por eso lo de super dresscode-, te la rebajaban a 3000 yens.
Imagino que la drag queen con el culo al aire que iba delante de mí en la cola debió conseguir el mayor descuento.

Como la temática era Halloween rescaté el traje de enfermera.

Aunque abría a las 22:30 en teoría, me imaginé que empezaría tarde -la experiencia ya...-, así que aparecí allí sobre las 23:00. Craso error, seguía sin abrir y con una cola del copón dando la vuelta al edificio. Lo malo fue cuando se puso a llover, menos mal que llevaba paraguas.
La cola avanzaba muy muy despacito, y nadie sabía por qué, pero casi una hora después por fín logré llegar dentro del edificio.

Donde también había cola.

El Christon café se encuentra en una octava planta, así que iban dejando pasar de pocos en pocos al ascensor. Esperando al ascensor hice una amiga de Turquía -esperar une a la gente XD-, y subimos las dos juntas.

Esmeralda y servidora + vodka con naranja.

Una vez arriba, un personaje con cabeza de muñeca manga te iba preguntando con un cartelito que cuántos/as iban juntos/as. Cuando pasamos la puerta, nos encontramos con un pasaje del terror -por fín la explicación al lento avance de la cola-. Una vez superado el pasaje, y el control de dress code, pudimos entrar a la fiesta en sí.
La entrada incluía copa, que daban unas chicas en bandejas -en plan fiesta de lujo, toma ya-.
El sitio estaba hasta arriba de gente, y la verdad es que lo pasé muy bien, pero como ya comenté anteriormente, mi cámara de fotos ha muerto del todo -si la enciendo comienza a actuar como la niña del exorcista pero en pequeñito y azul-, así que apenas hice un par de fotos con mi móvil. Cuando Esmeralda me pase sus fotos pondré más por aquí para completar la crónica.

Por cierto, por ser fiesta aniversario hubo rica tarta :D.

sábado, 24 de octubre de 2009

Churros

Creo que soy la única persona que conozco a la que no le gustan demasiado los churros. Me gustan los recubiertos de chocolate, pero los normales...
Curiosamente los churros, tan típicos en España, son también populares en Japón. Yo descubrí esto el año pasado cuando vi el puesto de churros de Tokyo Disneyland. En la cadena de donuts Mr. Donuts también tienen un donut con forma de churro.
No he probado los churros de aquí porque, como ya he comentado, no acaban de hacerme gracia, pero teniendo en cuenta que no se puede ver a través de la bolsa, deben de ser algo menos aceitosillos.
Pues bien, estaba el otro día en unos recreativos de Shinjuku comprobando si había cosas de Mameshiba en las ufo catcher、cuando encontré una de la que podías intentar sacar churros.

Sí, lo de la izquierda es pan de molde de juguete.

viernes, 23 de octubre de 2009

La emancipación y sus inconvenientes

En Japón hay muchas cosas que se hacen de modo distinto en España, y que te hacen tomarte tu tiempo para acostumbrarte, como el método de recogida de basuras -otro día le dedico una entrada, que se lo merece-, o el de pagar las facturas.
Yo estaba acostumbrada a España. En el banco o en el idem, vamos.

Hablando de bancos, aquí tenemos a Haruma Miura haciendo publicidad del banco Mitsubishi UFG. Cómo se lo montan :D.

Pues aquí no, como son más chulos que un ocho no se limitan al banco.
Aquí según la factura puedes:

A.- Domiciliarla en el banco.

B.- Irte al banco X a hacer el ingreso.

C.- Irte con el papel que te han mandado por correo al Convini.

D.- Irte con el papel que te han mandado por correo a la oficina de Correos.

Hoy coincidía por primera vez en toda la semana que me encontraba en casa en horario de apertura de Correos, asi que me fui con la factura del gas para allá.
Afortunadamente, la oficina de correos me pilla a 2 minutos escasos. Pues bien, entré, me dirigí a la ventanilla, y una amable señora me dijo que las facturas solo se podían pagar hasta las 4 en el mostrador, pero que podía pagar en el cajero, y me explicó cómo hacerlo.
Craso error, mi vocabulario de japonés no cuenta con una sola palabra relacionada con el manejo de un cajero automático. No es lo más común en los libros de texto, ya se sabe.
La señora notó mi cara de no estar entendiendo nada, así que decidió acompañarme al cajero y
explicarme paso por paso cómo pagar la factura.
Menos mal que me ayudó, yo siempre me pongo el cajero en inglés porque desconozco todos y
cada uno de los kanji que aparecen -solo usan los 1500 de la lista oficial que aún no he aprendido, malvados-.
La verdad es que la señora de la oficina de correos del barrio es muy pero que muy maja, ole ella.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Aliño de wasabi

Estaba haciendo la compra en el super de al lado de casa, como de costumbre -sí, me estoy amarujando- cuando decidí que necesitaba aliño para ensalada. Con la inestimable ayuda de Kazuki nos pusimos a rebuscar en la estantería de los aliños y de repente apareció, mirándonos de refilón, desde detrás de la barandilla que le protegía de caidas indeseadas, el que sería el elegido para empezar a vivir en mi nevera. Esta vez se trata del -redoble de tambores- aliño de wasabi.


Tras probarlo en los calamares rebozados de esta noche, le doy el visto bueno. Viene a ser aceite con el regustillo picante del wasabi, y es mejor no pasarse echando o puede ocurrir lo mismo que comiendo wasabi a palo seco -y no lo digo por experiencia propia, no...-.

martes, 20 de octubre de 2009

Matcha latte

Este oro verde, este néctar, este maravilloso líquido es una de las cosas que hacen que me encante estar en Japón.

Señores y señoras, con todos ustedes, mi desayuno de esta mañana. Las galletas han sido omitidas.

¿En qué consiste este extraño brevaje? Se preguntarán algunos. Pues bien, aquí viene Cal al rescate para iluminaros. Se trata de matcha latte, es decir, té matcha con leche. Es como un café latte pero con té verde, vamos.
Mientras que España es un país muy de café y muy poco de té, Japón es el reverso de la moneda. Para una persona como yo a la que no le gusta el café y que es adicta al té, eso es un punto muy positivo. El té verde en concreto me gusta bastante, y por lo que he podido comprobar hasta ahora, esta versión láctea se puede encontrar tanto en cafeterías de China como de Japón -cuando continúe la ruta por Asia os informaré si lo sigo encontrando-.

domingo, 18 de octubre de 2009

Conociendo las marcas por sus mascotas II

En anteriores entregas de "Conociendo a las marcas por sus mascotas" le tocó el turno a Otousan, la mascota de la compañía de telefonía móvil Softbank.
Hoy es el turno de mi mascota favorita -en lo que a compañías de móviles japonesas respecta-. Se trata de la mascota de Docomo, Docomodake.
De hecho no es una mascota sola, sino que Docomodake son una familia de setas entrañables.

Tiene hasta un juego de DS. Y sí, he jugado.


Así a simple vista puede parecer una seta inexpresiva e incluso un poco malrollera, pero eso es lo que le da tanta carisma y hace que resulte mona. No solo eso, sino saber que tienes un elenco de setas distintas inexpresivas y malrolleras para elegir.

De izquierda a derecha, el abuelo y la abuela, papi y mami, y la prole.


Y por si las imágenes no han sido suficiente para convenceros de adorar a Docomodake, os dejo el siguiente vídeo.

Bolitas

En Kawasaki hice dos nuevos amiguitos, o tal vez son amiguitas, no lo tengo muy claro.


Aunque en realidad se llaman Hana (izquierda) y Buta (derecha), yo he decidido llamarles Bolita morada y Bolita rosa.
Bolita morada parece ser adicto/a a los dulces, y la mancha blanca de la boca es nata porque le gusta tirarse a las tartas de cabeza.
Bolita rosa... es un gato disfrazado de cerdo... le gustará hacer cosplay.

Kawasaki

Ayer estuve en Kawasaki -sí, como las motos-, que se encuentra en la prefectura de Kanagawa.


El motivo fue la decimotercera edición del Alamode Market.

Los medios para hacerte encontrar el sitio eran cuanto menos efectivos.

Yo ya había asistido a la Alamode Night, y por mucho que la vendieran como una fiesta rollo gothic lolita, lolitas era lo que menos había. Por eso pensé que el mercado también sería variado y para allá que tiré, ya que nunca sabes si puedes encontrar algo interesante.
Craso error. Lacitos y volantitos por todas partes, oiga.
Como no nos interesaba demasiado lo que había en los stands, tras una vuelta nos salimos a la terraza a descansar un poco.

Hacía viento.

Así de monísima iba:


Después nos fuimos a dar una vueltecilla por Kawasaki. Resulta que cerca de la estación hay un agujero espacio-tiempo que está conectado con Alcalá de Henares, provincia de Madrid.

Esto solo lo entenderán mis paisanos/as de Alcalá. No había pubs.

Tanto Kazuki como yo era la primera vez que ibamos a Kawasaki, y nos gustó bastante.


Desgraciadamente, llegada la noche, y tal vez porque se puso a llover y a mi cámara le debe entrar depresión con ello, el objetivo se volvió loco. Se movía solo y no enfocaba, así que supongo que me he quedado sin cámara... saqué más fotos, pero con el móvil. Tendré que apañarme con él hasta que consiga otra cámara, qué remedio.
Si os gusta que mi blog tenga fotos, acepto donaciones para comprar otra cámara ;D.


viernes, 16 de octubre de 2009

Apuntado en mi lista de cosas que hacer

Hoy de camino al ayuntamiento de Toda para acabar de solucionar el papeleo de ayer me encontré con un curioso restaurante.


El sitio promete.

jueves, 15 de octubre de 2009

Declarada extraterrestre oficialmente

Hoy ha sido un día movidito. Para gente alérgica a las letras no recomiendo esta entrada.

Después de clase tenía que ir a Shimomaruko para recoger una plancha -de las de la ropa, no de las del pelo- que he conseguido por una "Sayonara sale".
Para quien desconozca el término, "Sayonara sale" consiste en vender o regalar tus cosas de tamaño más bien grande cuando te vas a ir de Japón -o simplemente cuando ya no te hacen falta- porque tirarlas a la basura cuesta dinero. En mi caso, la plancha me ha salido gratis, ole :D.
Pues bien, allá me dirigí hacia Shimomaruko, que viene a ser una estación que se encuentra allá donde se reunen los calcetines esos que se pierden en la lavadora. De hecho, gracias a mi sentido de la orientación digno del mismísimo Ryoga Hibiki, tardé bastante en llegar. Eso sí, ¡no contaban con mi astucia! -el Chapulín colorado dixit-, así que como ya preveía que me iba a perder salí con tiempo suficiente, y llegué puntual como un reloj a la cita.
Una vez la dueña de la plancha me entregó el preciado objeto, me dirigí de vuelta a la otra punta de Kanto, es decir, a Chiba. Hoy era el día que tenía que ir al ayuntamiento a por mi tarjeta de extranjera, conocida en japonés como "gaikokujin tourokusho" o "alien card" -qué cachondos...-.

Una rato muy largo en tren después logré llegar, y me acerqué a preguntar a un señor que trabajaba allí dónde recoger mi carnet. Me dio un papel con un número, como en la carnicería, y me dijo que esperara en la ventanilla 1.
La vez anterior había ido con Kazuki, así que había sido fácil, pero en esta ocasión el no podía venir, así que iba yo sola, y aún no confío demasiado en mi habilidad para entenderme con funcionarios en japonés.
Una vez llegó mi turno, me acerqué, entregué el resguardo -grandecito, por cierto-, y esperé a que me dieran mi flamante carnet. Una vez lo tuve en mis manos me tocó enfrentarme al momento de la verdad. Sabía que en esa oficina nadie habla nada que no sea japonés -curiosa forma de atender a extranjeros, oye-, así que con las palabras más educadas que se me ocurrieron le comenté a la funcionaria que me había mudado, y que como me había hecho el seguro médico allí, que quería hacer el cambio. En ese momento comenzó la carrera en keigo -esa versión honorífica del lenguaje que los funcionarios/tenderos/camareros hablan y que yo apenas entiendo-, la mujer hablaba muy deprisa y con palabras que desconocía, así que intenté preguntarle hablando despacio y haciendo notar que no la estaba entendiendo si lo que me intentaba explicar era algo acerca de ir a la oficina de mi nueva ciudad.
Tras repetir la misma operación unas cuantas veces, decidió que lo mejor era acompañarme a la ventanilla 6, donde en teoría me iban a decir algo relacionado con lo mío que no logré entender. Allí ya me explicaron que tenía que rellenar mi nueva dirección en un papel, que podía ir a partir de mañana a la otra oficina para avisar de mi nueva dirección, etc. Yo seguía queriendo saber qué pasaba con el seguro médico, pero me dijeron que esperara un momento.

Y esperé un momento.

-¡Jimenes sama!
Deduje que esa debía ser yo -y por unos segundos me sentí en Latinoamérica ante ese "Jimenes"-, ya que Jiménez no es un apellido demasiado común en Japón. Que aquí acompañen tu primer apellido de "sama" es común, ya que tratan de mostrar respeto al cliente.
Aquí ya por fín entendí que sí, que me lo habían cancelado -que era lo que quería hacer en un primer momento. Ya sabía de antes que al cambiar de dirección te lo tienes que cancelar allí y hacer de nuevo en la nueva ciudad-.
Finalmente un señor me soltó una retahila en japonés de carrera de F1 -por la velocidad a la que hablaba-. Obviamente, puse cara de "va a ser que no te entiendo...", así que repitió la operación. Le expliqué en japonés que no estaba entendiendo lo que me estaba diciendo, ya que aún no hablo japonés demasiado bien, y repitió la operación por tercera vez. Como esta vez pillé 2 o 3 palabras traté de conectarlas en mi cabeza para formar un contexto, le pregunté si el contexto que había ideado era el correcto, y me dijo que sí -menos mal, si no me toca estar ahí hasta que cierren-.
Mañana me toca ir a la oficina de Toda y, esta vez espero que sea más fácil, decirles que me cambien la dirección del carnet y lo del seguro. Cruzaré los dedos porque allí tengan un poco de piedad con quienes aún no controlamos el idioma...

Esto me hizo pensar en algo. Una cosa de la que se quejan muchos extranjeros en Japón es que en cuanto ven sus caras occidentales piensan automáticamente "estadounidense", y les hablan en inglés. Si ellos responden en japonés, parecen ignorarlo y siguen con el inglés.
Curiosamente a mi no me ha pasado ni una sola vez desde que llegué -me ha pasado que me hablen en inglés alguna vez, pero en cuanto ven que hablo japonés cambian el chip-. Debe ser mi completa ausencia de acento anglosajón a la hora de hablar japonés XD

martes, 13 de octubre de 2009

Algunas cosas son omnipresentes

Cierto es que al irte a la otra punta del mundo, ir a hacer la compra al supermercado es toda una aventura. Todos los productos son distintos, están colocados de otra forma en las estanterías, las cajas están escritas en un lenguaje encriptado difícil de descifrar... pero algunas cosas ayudan de pilar de apoyo haciéndote sentir un poco menos perdida. Por ejemplo, los Chococrispis japoneses:


Foto tomada hace un par de días en el super de al lado de mi casa :D. Un poco raro que sean redondos, pero ya los probaré a ver qué tal.
Otro día le haré una foto a los Frostis, que estaban cerca.

lunes, 12 de octubre de 2009

Concurso de yosakoi en Ikebukuro

Este fin de semana fue la Fukuro matsuri en Ikebukuro, y como había concurso de yosakoi, Kazuki y yo nos hemos acercado a verlo.
Para quien se pregunte qué es el yosakoi, es un tipo de baile japonés. Hace unos años había visto un grupo bailar en una estación de metro, y tenía ganas de volver a verlo.
Pues bien, el domingo nos plantamos ahí a darlo todo y animar a los grupos que participaban.


Quería tomar fotos de las coreografías, pero desgraciadamente mi cámara de fotos decidió morir a la segunda foto. Suerte que llevaba el móvil, que saca unas fotos majas, para poder retratar el evento.







Todos los grupos tenían un o una representante que les hacía una pequeña presentación antes de su actuación. Algunos incluso cantaban durante el baile.

Una cosa que llamaba la atención era que en gran parte de los grupos que vimos, los integrantes eran mayormente señoras mayores -menos los que ondeaban las banderas, que tenía pinta de requerir tener bastante fuerza así que eran todos jóvenes-. ¡Yo quiero estar así de en forma y pegar esos botes a su edad!

sábado, 10 de octubre de 2009

Conociendo las marcas por sus mascotas

Aquí se utiliza mucho como reclamo para vender marca el utilizar una mascota mona. De hecho, respecto a las compañías principales de telefonía móvil en Japón, asocio primero la mascota que el nombre. Pues bien, he pensado en presentar a las mascotas poquito a poquito.
Las principales compañías de telefonía móvil aquí son: Softbank, Docomo, y AU KDDI -con quien tengo mi contrato-. Hay más compañías, pero me voy a centrar en estas tres.
¿Para quién será el turno hoy entonces?

Redoble de tambores.

¡Hoy le toca a Softbank! La publicidad de esta compañía es bastante curiosa. Se centra en una familia en la que el padre es un perro. Los nombres de la familia son curiosos: el perro se llama "Otousan", que significa "padre". La hija es "watashi", es decir, "yo". El hermano es oniisan, es decir, "hermano mayor"... ya se ve por dónde van los tiros, ¿verdad? Pues bien, la mascota de la compañía es precisamente el perro Otousan.
Para poner un ejemplo de cómo son estos anuncios:



Sí, el perro siempre parece estar así de encabronado. Este vídeo es más actual, de hecho ahora mismo todavía lo echan en la tele:



¿Quién me regala las zapatillas de Otousan? :D

Como dato curioso, ahora también hay anuncios de SMAP patrocinando Softbank, los cuales vienen a ser una "boys band" de cuarentones -sería más adecuado llamarla "señores band"-. ¿Os suena Shingo Mama? Pues es miembro del grupo.
Como preferencia personal, me gusta más el perro.

viernes, 9 de octubre de 2009

Cocina nueva

Hace un par de días me petó la cocina -sin hacer ni una semana que vivo en este apartamento, toma ya-. El problema era básicamente que si encendía el "fogón" (era como la versión bisabuela de una vitrocerámica) me saltaban los plomos.
Curiosamente esto lo descubrí yendo a hacerme la cena, menos mal que tenía las cortinas corridas y como la ventana es muy grande -aunque traslúcida, como una mampara- entraba luz de la calle y no me comí mi mini mueble de poner las galletas y tal XD. También, menos mal que tengo microondas y he podido preparar comida mientra tanto.
Pues bien, Kazuki llamó al número de emergencias de la inmobiliaria -menos mal, con mi nivel de japonés hubiera sido muy surrealista-, y hoy se ha pasado un señor a cambiarme la cocina.
La verdad es que lo ha hecho muy rápido, sin manchar, y he pasado de tener esa cosa extraña para cocinar con pinta de tener mínimo 20 años a tener una vitrocerámica, ole las nuevas tecnologías :D.
Ahora le estoy haciendo el rodaje inicial para ver si realmente funciona.

Lo que me alegro de tener un seguro para cuando pasan estas cosas, leñe.

jueves, 8 de octubre de 2009

Tras la tormenta llega la calma

Ayer se quedó el día bastante majete y soleado tras el tifón.



Y también se quedó buena noche.


Parece ser que el fin de semana va a seguir el buen clima, y este lunes es fiesta, ¡ole!

miércoles, 7 de octubre de 2009

Wasabeef

¡Ay, la que ha caido esta mañana! Acostumbrada a ver llover 6 o 7 días al año, esto de tener un tifón a las 3 semanas de llegar no mola. Por si acaso salía mi edificio volando me hice con provisiones, aunque al final no ha sido para tanto -si obviamos que he tardado dos horas en llegar a clase porque han cortado dos líneas de tren que necesito para llegar-.
Entre las provisiones, por supuesto, no podía faltar una bolsa de mis patatas fritas favoritas, las Wasabeef -o "wasabiifu" en japanglish, ese apasionante idioma que ya explicaré algún día-.


Se que os mola mi edredón.

Se trata de patatas fritas con sabor a wasabi. Sí, la pasta verde esa que te ponen con el sushi y que pica como ella sola. Pues estas patatas pican también como ellas solas.
De hecho solo te puedes enfrentar a algo así poniendo una cara chunga como esta:


El clima este tan húmedo encrespa el pelo que no veas.

P
or cierto, a mi espalda mi alfombrilla del baño os manda saludos. Molona, ¿eh?

martes, 6 de octubre de 2009

Typhoon 24

Mañana llega a Tokyo un tifón del copón, y ya se están notando los efectos, así que hoy estoy prontito en casa. De hecho, en breve me voy a poner a estudiar, que mañana tengo examen. Como acabo de comer y aún necesito digerir un poco, ahora toca comentar más cosas curiosas que he visto por aquí.
Cerca de la estación de Tsudanuma, en Funabashi, hay una tienda en la que preparan taiyaki. El taiyaki viene a ser un tipo de "dulce" con forma de pez, como el de la foto, relleno.


El relleno suele ser anko, es decir, una pasta de judías dulces que a mi personalmente me da bastante asco, pero aquí es muy popular.
Pues bien, lo curioso de esta tienda es que el taiyaki tiene otro tipo de rellenos más bien poco comunes. El más popular -y rico, dicho sea de paso- es el conocido como okonomiyaki taiyaki, el cual, tal cual su nombre indica, está relleno de okonomiyaki.

El de abajo del todo es el que menciono. Otros sabores con los que cuentan es patata dulce y crema pastelera.

lunes, 5 de octubre de 2009

Nanpa, un deporte internacional

Ayer había quedado con Kazuki en la estación de Shibuya, y mientras le esperaba fui víctima de lo que aquí se conoce como "nanpa". ¿Qué es el nanpa pues? Lo que en España se conoce vulgarmente como "un raro intentó ligar conmigo en la calle", solo que los japoneses tienen una palabra para ello -lo cual no da mucha confianza-.
Pues bien, esto discurrió tal que así. Yo estaba abriendo la agenda del móvil para llamar a Kazuki, cuando se me acercó un chaval japonés que daba más bien mal rollo -lo que aquí se conoce como "kimochi warui"-. Los japoneses tienen la costumbre de hablar muy bajito, y mi capacidad auditiva es un poco limitada, lo cual hace que aunque me hablaran en español, no pudiera entenderles. Partamos de que este chaval hablaba bajo el nivel de decibelios necesario para la comunicación humana, con lo cual transcribiré solo lo que buenamente atiné a descifrar. Aquí va la conversación:

-Raro: *me dice algo tan bajo que no entiendo nada*
-Yo: ¿Ein?
-Raro: ¿Hablas japonés?
-Yo: Ah, sí.
-Raro: *murmullo murmullo* eres muy guapa.
-Yo: *cara de "socorro"* ah...
-Raro: *murmullo murmullo*
-Yo: *cara de "dejame en paz, leñe"* ¿Eh?
-Raro: *hace un gesto señalándose las pestañas* ¿Te has hecho la permanente en las pestañas?
-Yo: O_o pues no... *miro al móvil*
-Raro: ¿Esperas a alguien?
-Yo: Sí, a mi novio.
-Raro: Ah, ¿yo?
-Yo: *pensando para mis adentros "la madre que lo parió..."* no.

Ahí ya me dejó en paz y pude ponerme a llamar por teléfono tranquilamente. Se ve que vayas a la parte del mundo que vayas no te puedes librar de que algo así pueda ocurrir.
Como nota curiosa ante el comentario ese de si me había hecho la permanente en las pestañas. Los japoneses y japonesas, además de tener las pestañas muy cortas las tienen completamente lisas, lo cual explica la gran sección de pestañas postizas que hay en casi todas las droguerías que he visitado hasta ahora. De hecho, si veis a una japonesa o a un japonés con pestañas largas, dad por hecho que son postizas.

Barrera idiomática

Los cajeros de correos parecen ser los únicos que aceptan mi tarjeta de crédito española, así que normalmente suelo ir a sacar dinero a la oficina de correos que hay cerca de mi escuela -no se si lo he comentado, pero con mi tarjeta no tengo que pagar tasas por sacar de cajeros aquí-. La primera vez que fui me encontré un cartel en varios idiomas, y entre ellos estaba traducido al "español". En el momento y con el ataque de risa no le hice una foto pero hoy no podía dejarlo pasar. Creo que el google translator al lado de esto es un traductor de renombre:


Para cualquiera que solo entienda español, está claro, ¿no?

domingo, 4 de octubre de 2009

Asentando, que es gerundio

Cuando compré el móvil me regalaron vales por 5000 yens para gastar en bastantes tiendas. Entre ellas se encontraba Don Quijote, y como necesitaba un secador de pelo entre otras cosas, me he ido al más cercano a mi apartamento, que es el que hay en Ikebukuro.
La primera vez que ví el Don Quijote me llamó la atención principalmente por el nombre. Si hacéis la prueba de preguntar a algún japonés o japonesa acerca de qué sabe de Don Quijote, sabrá que es un centro comercial, pero no sabrá nada de un libro o de un tal Cervantes -se me ocurrió mencionarlo en clase y no lo sabía ni uno solo de los asiáticos. Afortunadamente tuve apoyo europeo que sí lo conocían-.
Pues bien, como las tiendas abren en domingo por estos lares, me dirigí hoy hacia Ikebukuro.


Y tras andar un poquito, allí se encontraba escondido Don Quijote -que no de la Mancha-.

Justo bajo el pingüino pone Don Quijote.

Para quien no haya oido hablar de la tienda, es como un bazar chino pero en no chino. Se puede comprar comida, electrodomésticos, ropa, juguetes, disfraces, productos de estética, fricadas varias, etc.
Y por supuesto, conseguí mi secador de pelo gratis, gracias a los vales *pose triunfal*.

sábado, 3 de octubre de 2009

Toda, toda, toda, te necesito toda

¡Ya estoy en mi nuevo apartamento! La verdad es que de Chiba a Saitama hay un trecho, y se ve que aquí los domingueros cogen los coches los sábados en vez de los domingos, así que hemos tardado bastante, pero afortunadamente el padre de Kazuki nos ha traido, lo cual ha facilitado muchísimo la mudanza.
Ahora mismo vivo en la ciudad de Toda -cualquier coña que se os ocurra con el nombre ya la he hecho anteriormente, incluida la canción de Jesulín de Ubrique-. Está a un tiro de piedra de Tokyo. Más concretamente, a una estación de tren.
Hemos explorado un poco el barrio para hacer la compra, y ya he localizado un supermercado grande, otro algo menos grande, un mc Donalds y... ¡¡¡un convini de todo a 100!!!
Para quien no sepa lo que es un convini, es el nombre abreviado que se da aquí a las "convenience store", es decir, tiendas de estas de comida y otras cosas que abren 24 horas. Este tipo de tiendas están por todas partes aquí, pero esta en concreto tenía gran parte de los productos a 100 yenes, así que ya se dónde ir a comprar fruta -la fruta en Japón es bastante cara-.
Ahora mismo tengo bastantes cosillas en cajas, pero ya mañana tranquilamente acabaré de colocarlo todo.
La verdad es que me hace ilusión vivir por mi cuenta. Este apartamento es muy pequeño, pero acogedor, y voy a agradecer mucho la función dehumidificadora del aire acondicionado -pasar del clima desértico de Madrid al extremadamente húmedo de Tokyo es algo a lo que no te acostumbras de la noche a la mañana-.

jueves, 1 de octubre de 2009

Ofuro

Al contrario que en Madrid, en Japón no parecen conocer el significado de la palabra sequía, así que cualquier japonés o japonesa que se precie se da siempre un baño calentito antes de dormir.
A la bañera la llaman ofuro, pero no se puede llamar ofuro a cualquier bañera. La de toda la vida que todos tenemos o hemos tenido en casa, que la llenas de agua y se va enfriando, como es lógico, se considera una bañera normal aquí también.
Lo especial del ofuro es que mantiene el agua caliente, a la temperatura que tú quieras. La temperatura del agua que es común aquí en mi caso hace que si se me hacen unos cortecitos en los lados, en un rato se me pueda pelar como a una patata cocida.
Aunque yo soy de ducha de toda la vida, el otro día -lo que abuso de esa expresión- me dolían bastante las piernas por la falta de costumbre de tanto andar y subir escaleras, así que me di un baño calentito -pero a mi temperatura-. Como aquí es tan popular lo de bañarse, venden sales de baño de todos los tipos imaginables, así que probé una un poco rara que tenía Kazuki por ahí. Por fuera tenía este aspecto:

Parece un Umaibo a simple vista. El Umaibo es algo así como la versión Japonesa de los Aspitos. Si siendo de España no conocéis los Aspitos, es que no habéis tenido infancia.
Pero dentro del supuesto paquete de gusanitos grandotes se encontraba esto:

Para quien sienta curiosidad, viene a decir que eso no se come.
Una vez puesto en el ofuro, el agua se vuelve roja. El olor es a flores, lo cual no me deja ver qué relación puede tener esto con el Umaibo. Eso sí, el baño calentito con olor a flores te deja el cuerpo genial.

Hoy he estado en Madrid

Iba hoy tan tranquila por Shibuya buscando algún sitio para comer, y de repente, como si se hubiera abierto un portal espacio-tiempo ante mí, me encontré esto:

Le eché un vistazo a la carta, y era carillo, pero por la friquez, se que tendré que ir a comer allí algún día. A ver qué tal ese jamón japonés XD.