jueves, 30 de agosto de 2018

Medio corazón

Estaba el otro día dando un paseo al soletón -con sombrilla, claro- por una calle comercial de Higashi Juujou, cuando vi esta tienda de discos especializada en música enka, género muy popular entre la tercera edad japonesa. A mi no me acaba de llamar, la verdad, será que todavía no tengo la edad suficiente.

No me suena ni uno.

Lo que me hizo pararme a hacer una foto, a pesar del calor, fue el cartel a tamaño real de este hombre, que al parecer se llama Keisuke Yamauchi.


No es porque sea fan, de hecho desconocía su existencia totalmente, sino porque su pose me hace mucha gracia. Más concretamente su mano izquierda.

En serio.

¿Medio corazón? ¿Será un modo de invitar a sus fans a poner el otro medio?

domingo, 26 de agosto de 2018

Comida y bebida curiosa de los últimos meses

Desde la más profunda desmotivación pensaba hacer una entrada sobre el polo de sandía invertida que venden ahora, pero mirando fotos que aún no había sacado del móvil, me he encontrado con otras cosas interesantes que no llegué a mencionar, así que hoy toca.

¿Conocéis el melon soda? Si la respuesta es no, viene a ser como una fanta de melón.
Pues ahora imaginadlo con alcohol -shochu, para ser más exactos-.

Este vaso se lo regalaron a Kazuki cuando tenía contrato con Softbank.

Aunque no sabe igual, me trajo nostalgia de aquellos minis de melón con limón que bebía antiguamente en Madrid.

La siguiente bebida la venden en uno de los minimercados tailandeses de mi barrio. No solo tienen cosas tailandesas, sino también de China, Filipinas y Taiwan entre otros. Esta leche de coco que me gusta mucho es concretamente taiwanesa -o eso pone en la lata-.


Sabe a batido de coco.

A continuación, vamos con una bebida que encontré en un Kaldi -es una cadena de tiendas de café en grano y alimentos de importación- en Saitama shintoshin. Especifico qué Kaldi es porque en el de Kawaguchi no la venden. Se trata de esto:

La botella es una monada.

Me adelanto diciendo que no, no es leche de panda. Se trata de licor de annin tofu, el postre chino que curiosamente se vende en cualquier supermercado japonés.
Está bastante rico, es como tomar annin tofu líquido, y de repente notas que efectivamente lleva alcohol.

Para acabar, vamos con lo que mencionaba al principio. Sí, el polo de sandía invertida.


Se trata de la versión invertida de suika bar, el polo de sandía del que hablé hace poco.
Imagino que será una de esas versiones por tiempo limitado, como siempre. Nada de especial, simplemente han cambiado de sitio la parte roja y la verde del helado. Prefiero la suika bar normal, me gusta más la parte roja del polo que la verde, la verdad.

martes, 14 de agosto de 2018

Visitando teamLab Planets

Recientemente estuve con la señorita Madness en teamLab Planets, un museo de arte digital cerca de la estación de Shin-Toyosu. De hecho hay dos museos, el otro está en Odaiba y se llama teamLab Borderless, pero vamos a centrarnos en el que visitamos.

Es bastante popular y las entradas se agotan rápido, así que las reservamos en su web unos días antes. Ahora la entrada normal de adulto cuesta 3200 yenes. Lo especifico para comprobar en el futuro si suben los precios, como con Disneyland.

Este es el sitio:


Cuando te pones a la cola para entrar, te dan una funda de plástico para colgarte del cuello para poder meter el móvil en ella. Esto se debe a que hay varias zonas dentro en las que hay que meterse en agua -literalmente-. Por esto mismo al entrar y tras oir las instrucciones del museo, hay que quitarse los zapatos y los calcetines y dejarlos en una taquilla -afortunadamente son gratis-.


Habiendo dejado nuestros bártulos en la taquilla -menos los móviles, para poder hacer fotos-, entramos al primer pasillo oscuro. Imagino que debe de ser para limpiar los pies de la gente -por eso de que hay que ir descalza todo el rato- lo primero es una cuesta con agua corriendo que proviene de una cascada justo arriba del todo. Desafortunadamente, no tenía pinta de que el agua incluyera jabón.

La cascada.

Cuando pasas a la siguiente sala te dan una toalla para que te seques los pies y puedas seguir adelante.

La siguiente habitación es... um... imaginaos un puf -de los de sentarse-. Ahora imaginaos que todo el suelo y paredes se han convertido en puf. Pues eso.

Este es el motivo por el que es mejor dejar el bolso en la taquilla.

Sigamos por uno de los muchos pasillos con poca iluminación.


La siguiente sala es una especie de laberinto de luces con suelos de espejo.


Volvemos al agua pero esta vez algo más profunda. En la siguiente sala hay peces de luz que nadan a tu alrededor.

Sí, el agua está fría.

Toca volver a secarse los pies -lo que se tienen que gastar en lavar toallas- y seguir con la aventura. Esta vez nos encontramos rodeadas de pelotas gigantes que van cambiando de color, tanto por los lados como por arriba. Era difícil hacer fotos porque las pelotas eran muy grandes -más altas que yo-.

Recordemos que el suelo es espejo.

La última sala es una especie de cúpula oscura con imágenes de flores volando a tu alrededor. Marea muchísimo, así que aguantamos poco allí.

Como es mejor verlo en movimiento que en foto, hice un pequeño vídeo. No uso la música original porque se oye mucha gente hablando de fondo, pero he usado una parecida.


Es muy bonito, la verdad.

domingo, 12 de agosto de 2018

Zozosuit

Zozotown es una página web japonesa en la que muchas marcas de ropa y accesorios venden sus productos, y hace unos meses decidieron producir un traje llamado Zozosuit que te toma medidas, para no llevarte sorpresas con que la ropa no te venga bien al comprarla en su web.
Los primeros meses se ve que se puede pedir gratis -solo cobran unos 200 yenes o así de gastos de envío dentro de Japón- así que dije, pues venga, por qué no, y reservé uno.
Pues justo el otro día volvía a casa y me lo encontré en el buzón -como es con reserva tarda lo suyo en llegar, en mi caso como un mes o así-.

A la izquierda el sobre, y a la derecha el contenido.

Cuando lo pides te preguntan en la web tu peso y altura, y con eso calcula tu talla. La mía al parecer es la 5, pero teniendo en cuenta que la forma de mi cuerpo difiere mucho de la forma de un cuerpo de mujer japonesa -eso explicaría por qué a menudo las estilistas me hacen llevar ropa que me viene pequeña-, no estaba muy segura de que la talla que me eligieron me fuera a venir bien.
Toca probárselo a ver qué tal.

No da calor esto ni nada...

Son mallas, pero como era de esperar, la goma de la cintura me viene tan pequeña que sentía cómo me estrangulaba los órganos internos... De hecho un rato tras quitármelo me dolía el estómago de lo muchísimo que me apretaba. Yo creo que una talla más grande hubiera sido mejor.

Ahora toca usar la app de Zozotown para que te mida. Se supone que hay que poner el móvil en el soporte de cartulina que te envían a modo de trípode, y te va dando instrucciones de dónde ponerte y qué hacer. Como el producto de momento solo envía a Japón y su web es enteramente en japonés, pues las instrucciones son solo en japonés, claro. Afortunadamente, en mi caso eso no supone ningún problema.

 El soporte de cartulina en cuestión.

Se supone que hay que ponerlo sobre una mesa y colocarte a 2 metros de la cámara. En la habitación donde tenemos mesas no hay 2 metros libres, así que aparté el futón del dormitorio e hice un invento con un taburete plegable y un par de cajas hasta que logré altura de mesa -en plan MacGyver. Sí, este comentario evidencia mi edad-.

Una vez todo colocado y yo a lo que supuse que eran unos 2 metros, la app me dijo que me acercara más. Esto lo tuve que repetir 2 veces, y entonces me dijo que me alejara un poco -mientras me moría de calor con las mallas futuristas estas-. Entonces se quejó de que había demasiada luz y que no leía bien las marcas superiores. Apagué uno de los fluorescentes y se volvió a quejar... No podía apagar más, así que me moví un poco por probar y por fin dejó de quejarse y empezó la medición.
Te tienes que mover en el sentido de las agujas del reloj adaptando la posición de cada hora, o sea, que te tienes que ir girando 12 veces hasta completar un círculo, y mientras tanto el móvil te va haciendo fotos.

Para mi frustración, la app se colgó cuando en teoría había acabado de medirme, y tuve que repetir todo desde el principio... Respiraría hondo si me lo permitiera la cintura de las mallas.

Pero, ¡por fin! Logré el resultado y pude quitarme el Zozosuit, que, repito por enésima vez, no veáis si da calor. Este es el modelo 3D de mi cuerpo con medidas -censuradas en parte, que ya es demasiada información-.


Una vez lo crea te da la opción de buscar ropa de tu talla.
Por lo que he comprobado, ha calculado mis medidas más pequeñas de lo que son en realidad -la cintura lo entiendo porque la goma estaba haciendo efecto corset, pero me quitó como 5 cm de pecho y 2 de cadera-, así que intentaré volver a medirme más adelante a ver si va mejor.

domingo, 5 de agosto de 2018

Hanabi en Todabashi 2018

Otro año más llegan los fuegos artificiales de Todabashi, que molan porque puedo ir en bicicleta, conozco un sitio que no se llena excesivamente de gente para verlos y duran bastante -una hora y media-.
Debido a las temperaturas que nos está dejando este año el calentamiento global y a que el jinbei no es precisamente una prenda fresquita, decidí que este año no me lo iba a poner por el bien de mi salud.
Kazuki respiró aliviado cuando le dije que no me lo iba a poner, porque él se libraba también de ponérselo -ya estaba sudando solo de pensarlo-.

El look de este año implicó mis moños masivos, que nunca me quedan parejos, pero la intención es lo que cuenta.

Mona y fresquita.

Llevaba mi vestido de cerezas, que compré no recuerdo si en Alcalá o en Torrejón hace más de 10 años y ahí sigue como nuevo.


Cogimos nuestras bicicletas, y fuimos para allá con comida, bebida y una esterilla de picnic para poner en el césped.

Aposentémonos pues.

La mayor parte de la gente se pone en lo alto de la cuesta que se ve a la derecha, desde donde los fuegos se ven mucho mejor, pero eso implica sentarse en asfalto que lleva recalentándose todo el día, y por mucha esterilla que pongas te fríes. Preferimos nuestro césped.
Este año, además de la bolsa térmica con bebidas, Kazuki decidió hacer yakisoba, para dar más ambiente de matsuri, así que nos trajimos tupper con yakisoba casero.

Imaginadnos felices comiendo yakisoba y bebiendo cubatas en nuestra esterilla.

Pasado un rato por fin empezaron los fuegos artificiales.



También grabé un poco con la cámara de fotos, que tiene mejor calidad que el móvil.