jueves, 30 de junio de 2011

Verano

El verano ha empezado este año con fuerza, y unidas las altas temperaturas al alto nivel de humedad en el ambiente, estos días se me suele poner mal cuerpo en cuanto me encuentro lejos de un ventilador o de un aire acondicionado -no de los que están en modo Polo Norte, que ya nos conocemos, esas manías de intentar que sea invierno dentro de los edificios...-. Aún así, como ya sobreviví al verano pasado, que fue uno de los más calurosos en la historia de este país, ya voy preparada para lo que me echen, así que no salgo sin mi toalla para secarme el sudor -es necesaria- y mi abanico. Además, hay máquinas de bebidas por todas partes, así que no temo deshidratarme.

Aquí nos teneis a Kazuki y a mi de look veraniego.

martes, 28 de junio de 2011

Parking de bicicletas

Muchos japoneses -que no todos- tienen bicicleta, y la usan a diario como medio de transporte. Yo, desde que tengo, también la uso a diario para ir a la estación, al polideportivo, a hacer la compra...
Aunque en los pueblos el coche es muy útil y probablemente todo el mundo tiene, en las ciudades grandes bastante gente no tiene, debido a que no se puede aparcar gratuitamente en ninguna parte en la calle, según me han comentado, y los parkings son carillos. Por eso mucha gente opta por la bicicleta, el tren, o ambos.
Ahora bien, aquí son estrictos con las normas para las bicicletas, así que si no la dejas en un sitio permitido cae multa. Por ello hay muchos parkings habilitados para este medio de transporte de dos ruedas.
Suelen tener este aspecto:



Ahora bien, no son gratuitos. La mayoría de los que he visto hasta ahora son gratis durante dos horas, y luego cobran por intervalos de 3, 6, 12 horas, o como les dé por cobrar en cada sitio. Yo suelo dejar la bicicleta en un parking donde las primeras 2 horas son gratis, las siguientes 12 horas son 100 yens, y luego cada 6 horas más son 50 yens -es el más barato que he visto hasta ahora-. Cuando vuelvo a casa, lo dejo detrás del edificio, que es gratis.

El funcionamiento es muy simple, subes la bicicleta a esa especie de rail, y una vez la rueda de delante pasa por el fondo un cepo la agarra. Hay gente que intenta no poner la rueda al fondo del todo para no pagar, pero en el parking de al lado de la estación hay un abuelete que trabaja de guarda todo el día controlando que nadie se deje la bici así y que pague todo el mundo. Aparenta haber superado hace más de 10 años la edad de jubilación, pero levanta las bicicletas con bastante más soltura que servidora, ahí donde le véis.


Cuando vuelves y te quieres llevar la bici, hay que ir a una maquinita donde se introduce el número de plaza donde aparcaste, y una vez te informa del importe a abonar, lo pagas y el cepo se suelta de la rueda delantera.


En algunos sitios, hay otra máquina más para pagar con tarjeta IC. A mí me resulta lo más cómodo.


Yo, para poder dejar la bicicleta gratis todo el día, antes la solía dejar delante del convini que hay al lado de la estación, que como es para dejar la bici el rato que estés comprando nada más es gratis. Al igual que yo, decenas de personas hacían lo mismo, así que los empleados han decidido que se han hartado de tener el parking tomado enteramente por las bicis el día entero, y empezaron con un plan de contraataque que al menos ha funcionado conmigo, y ya no les dejo la bici allí.
Los plantes que les he visto llevar a cabo hasta ahora son, por ejemplo:

-Recolocar todas las bicicletas en hileras, pegando las unas con las otras, con la pata de cabra de cada bici enganchada en la rueda de la vecina. Si fuera una hilera sola no pasa nada, te tiras un rato moviendo las bicicletas de al lado y ya está. Ahora bien, esto con 4 hileras de bicicletas pegadas puede convertirse en un reto.

-Tirar las bicicletas al jardín de al lado haciendo una montaña. La montaña no es de 5 o 6 bicicletas, sino de decenas. Yo no me quiero imaginar cómo lograron sacar la bici cuando volvieron los que la dejaron ese día.

Mi consejo, mejor no meterse con ellos.

domingo, 26 de junio de 2011

Hanayashiki

En Tokyo se encuentra el parque de atracciones más antiguo de Japón, que se llama Hanayashiki. Se encuentra en funcionamiento desde 1853, así que mucha gente va por curiosidad, y por experimentar cómo es ir a un parque de atracciones con tantos años como este.
Por eso mismo, movidas por la curiosidad, fuimos como intrépidas aventureras hace unas semanas Izumi, Lama, Oku-san, Yurikago y la que escribe estas palabras.

Pone de arriba abajo: "Asakusa Hanayashiki" "Entrada al parque de atracciones"

La verdad es que es muy pequeño. Se encuentra en todo el medio de Asakusa, así que mucho espacio no hay.

Nada más entrar.




La verdad es que las atracciones tienen todas una duración ínfima, de unos pocos segundos nada más, así que tras montar en muchas cosas nos tomamos un descanso para reponer fuerzas con unos crêpes.

Ñam ñam.

Como el sitio se encuentra pegando al famoso templo Sensouji, gran atracción turística que siempre está hasta arriba de guiris, fuimos a turistear un poco también.

Lo de posar delante del farolillo está muy visto, así que aquí estamos delante de un Oni.


sábado, 25 de junio de 2011

Excursión al zoo de Ueno

Hace unos meses trajeron unos pandas gigantes desde China al zoo de Ueno, y como cada trimestre tenemos una excursion escolar, esta vez fuimos a verlos.


El símbolo del zoo de Ueno, desde hace tiempo, es el panda. Esto se debe a que antes había otro panda, pero el pobre murió al poco de venirme yo a Japón, creo recordar.


Hay que hacer cola para verlos. Era entre semana por la mañana, así que no había mucha (a 34 grados bajo el sol y con una humedad brutal en el ambiente. Menos mal que llevábamos sombrillas). En fin de semana según he oido se forman colas que duran horas.

Había dos pandas, un macho y una hembra:


Son tan monos T_T

Como dato curioso, investigué sobre ellos para un examen de conversación de japonés -normalmente una parte consiste en buscar un artículo de un periódico en japonés y comentarlo-. Al parecer, por lo que pude averiguar con mi nivel ínfimo de lectura japonesa, tienen planeado devolverles a China en unos años y, en teoría, soltarles en la naturaleza. Ya veremos si es verdad.

jueves, 23 de junio de 2011

Decorando la bici

El otro día recibí de una compañera de baito, a la que también le gusta Mameshiba, una pegatina de mi Mameshiba favorita. He aprovechado para ponerla en la bicicleta y hacerla todavía más inconfundible.

Se despega por los lados la puñetera, así que espero que aguante.

domingo, 19 de junio de 2011

Pikachu en Ikebukuro

Hoy me encontré en Ikebukuro, mientras hacía tiempo antes del curro, un Pikachu así de alto como yo más o menos.


Me costó sacarlo solo, pero estaba rodeado de chicas que le decían "¡Qué mono eres, Pikachu!" mientras le hacían fotos. Está hecho un playboy.

Lo que yo decía.

miércoles, 15 de junio de 2011

"Churrería" en Ikebukuro

En Tokyo venden churros, eso ya lo he comentado alguna vez. Según el sitio los llaman churros (churosu) o churritos (churitosu), pero el sabor no me recuerda al de un churro. Si eso la forma... claro que en todos los países la comida extranjera se hace al gusto del ciudadano autóctono, así que comprendo que le hayan quitado toda la aceitosidad y lo hayan convertido en una especie de bollo dulce con forma de churro estirado.
Malos no están, vamos a ver, pero no saben a churro. Yo siempre llamo a los churros de aquí "churros falsos", y cuando Kazuki se vino a una churrería de Alcalá de Henares a probar los de verdad entendió a qué me refería. Ahora el también dice que los de aquí son falsos.
Y todo esto viene al caso de la churrería que me encontré en Ikebukuro el otro día, Churro'star. El nombre mola, es pegadizo.


Me lo encontré cerrado, pero estas son las variedades que ofrecen.


Tengo que pillar esto abierto y probar el "Churro dog", un churro con salchicha por dentro.

sábado, 11 de junio de 2011

Cal vuelve a salir en la tele

Comenté hace tiempo que me un día caminando por Akihabara me pararon para hacerme probar snacks japoneses y grabarlo para la televisión. Pues bien, por fín he encontrado el vídeo. Como siempre, no salgo más de 5 segundos, pero soy de las pocas extranjeras entrevistadas que salen en el programa hablando japonés, lo que me resulta curioso -paso todas las mañanas rodeada de gente extranjera que habla japonés con soltura, y ya me he acostumbrado-.



Minuto 4:09. Básicamente les estoy explicando que en España también tenemos Pocky, pero allí se llama Mikado.

Pisos piloto

Algo que me llama la atención de varios pisos piloto que me he encontrado hasta ahora es que siempre ponen algo mono fuera y que llame mucho la atención. Por ejemplo, el piso piloto de Barbapapa -encontrado en Kawaguchi-.


Con piscinita al lado de la puerta.



Otro piso piloto que me encontré en Toda usa un reclamo publicitario distinto. En este caso, un Sol con cara entrañable.


jueves, 9 de junio de 2011

Gasolinera

La primera vez que vi una gasolinera en Japón me llamó mucho la atención. El motivo lo podéis comprobar en esta foto.


Aunque no son todas así, sí que hay muchas de este tipo. Por si sentís curiosidad por saber cómo funciona, cuando viene un coche para repostar, un empleado de la gasolinera tira de la cuerda que cuelga de la manguera del surtidor, que cuelga del techo, y una vez bajada la manguera echa el combustible en el coche.

martes, 7 de junio de 2011

Excursión a Kawaguchi

Ahora que Kazuki y yo tenemos bici, decidimos ir un día a Kawaguchi, que es el pueblo de al lado de Toda. Se puede ir en tren, pero hay que ir a Tokyo primero y desde allí coger un tren de vuelta a Saitama -Kawaguchi también está en Saitama-, así que nos fuimos derechos desde casa.
Lo primero de todo fue coger un mapa para orientarnos.

Dudando si ir a Kawaguchi o a Warabi, que también está pegando con Toda.

El experto consultando el mapa.

¡Hemos llegado!

La verdad es que para estar al lado no se parece nada a Toda.




Eso sí, se nota que seguimos en Saitama. Ahí estaba Kobaton para recordárnoslo.


Mañana voy a tener agujetas, pero lo pasamos bien.

jueves, 2 de junio de 2011

Habemus bicicleta. Segunda parte

Tras un pequeño encontronazo con la ley que tuvimos Kazuki y yo por incumplir una de las normas que comenté en la entrada anterior, y ahora que hemos comprobado lo bien que viene tener bici, hemos decidido comprar otra, para no tener que ir turnándonosla.

En el supermercado que hay cerca de mi casa hay bicicletas bastante baratillas, y si es día de lluvia te rebajan el precio 1000 yens. Hoy llueve y mucho, así que era el día perfecto.
Tras elegir una bici que fuera fácilmente distinguible -Kazuki me dijo "es muy tú"-, la matriculé. En Japón hay que matricular las bicicletas cuando compras una, pero es un proceso muy sencillo. Rellenas un papel con tu nombre, dirección, y teléfono, pagas el precio de la matriculación -500 yens en mi caso- y te llevas la bici para casa. Bueno, yo me esperé 20 minutos a que le pusiera los pedales y tal, pero eso ya es aparte.

Oh sí, ROSA.

La cadena rosa a juego.

Japón es uno de esos países en los que nunca te van a robar la cartera, el bolso, ni cualquier cosa que te dejes por ahí, siempre y cuando eso que te dejes no sea una bicicleta. Al ser uno de los pocos objetos comunes de robos, la gente suele ponerles o dos candados o un candado y una cadena. La mía trae un candado que bloquea la rueda de atrás, y como solo traía uno compré la cadena, por si acaso.