miércoles, 30 de enero de 2019

Magdalenas de chocolate y frambuesa

Hacía siglos que no hacía magdalenas, y tenía frambuesas en el congelador que sobraron de cuando hice la tarta de Nochevieja. Me puse a buscar recetas en internet -suelo mirar en canales japoneses de YouTube para asegurarme de que los ingredientes los pueda encontrar fácilmente-. Encontré una receta que pintaba bien y este fue el resultado.

Una kk de vaca.

Algo salió mal, y la masa resultó demasiado líquida, hundiéndose las frambuesas al fondo y estando la masa algo gomosilla.

Rendirse no es algo que se encuentre en mi vocabulario, así que volví a buscar recetas, y esta vez encontré otra que prometía más. Si la queréis intentar, este es el enlace. Como no me gusta el chocolate blanco -puaj-, lo sustituí por chocolate con leche. Además mis moldes son más grandes, así que tuve que hornear unos 10 minutillos más para compensar -el truco de pinchar con un palillo hasta que sale limpio-. Como último detalle, si no tenéis harina de almendras -o decidís no comprarla al ver el precio en el súper como le pasó a servidora- se puede sustituir por harina de repostería.

Este fue el resultado.

De aspecto infinitamente mejor.

Probemos a darles un bocado.

Ñam ñam. Está buenísima.

Recomiendo calentarlas unos 15 o 20 segundos en el microondas si no las coméis recién hechas, para que la chocolatina se derrita un poco. Sin calentar están ricas también.

sábado, 19 de enero de 2019

Primera entrada del 2019

Como he pasado el final del 2018 y el inicio del 2019 enferma, y cuando empezaba a recuperarme voy y me resfrío por primera vez en más de un año -no me resfrié ni una sola vez en 2018. Creo que es el primer año de mi vida que los virus no logran atacarme lo suficiente-, no he tenido mucho que contar.
Pues hoy toca la primera entrada del año, en la que toca un brevísimo resumen de estas últimas semanas -saltándome bastantes cosas porque apenas he hecho fotos estos días-.

Empecemos con la Nochevieja. Todos los años Kazuki prepara una gran cena y yo preparo una tarta de postre, pero este año apenas podía comer. Aún así hice tarta igualmente, siguiendo una receta que por mucho que tu sistema digestivo esté intentando matarte es bastante fácil de comer. Se trata de tarta de queso, yogur y frambuesa. No es que tuviera un aspecto muy profesional, pero estaba rica rica. A Kazuki le encantó.

Kazuki haciendo de porta-tartas.

A primeros de año, con poca energía, tenía pensado ir al súper con la bicicleta, para no tener que llevar peso a pulso, y me encontré con las 2 ruedas de la bici totalmente deshinchadas. Esto me olió a vandalismo, pues 4 días antes había ido al rocódromo en bici y las ruedas estaban perfectas a la vuelta.
Mis sospechas fueron confirmadas unos días después cuando apareció un cartel en la entrada de mi edificio indicando que alguien se había quejado de que le habían pinchado las ruedas de la bici -no solo fue la mía-, y que avisáramos si veíamos al o la responsable y tal.
Eso me llevó a mi primera visita del año al sitio de reparación de bicis más cercano para arreglar las ruedas, donde me confirmaron que eso me lo habían hecho, porque el pinchazo estaba en los laterales. Ni puta gracia.

Con la bici ya bien, pude hacer mi primera visita del año al rocódromo. ¡Bieeen!

La mascarilla se agradece cuando el aire está muy seco y te duele la garganta.

Espero que hayáis empezado el año mejor que yo.