lunes, 26 de octubre de 2015

Daifuku de fresa y chocolate

Cuando a Kazuki le entra hambre de camino a casa y al entrar en el convini ve alguna guarrería nueva, suele comprar una para cada uno. La última fue este daifuku súper tierno con forma de corazón.


Vale, no es un corazón perfecto, pero con un daifuku no se puede hacer mucho más.

Según el paquete, esto se llama "ichigo shocola daifuku", o como yo lo he traducido en el título, daifuku de fresa y chocolate. Dentro lleva crema de chocolate y relleno de fresa, y lo blanco de fuera es azúcar glas, así que desde el principio sabía que me iba a poner perdida para comérmelo. No pasa nada, todo sea por la ciencia.

Yo no se morder daifukus de modo que queden bonitos.

Está rico, la verdad es que me comería otro. Lo único que cambiaría es espesar un poco más la crema de chocolate.

Cosas de segunda mano

A distancia razonable en bicicleta de donde vivo hay varias tiendas de segunda mano. En Japón lo de vender ropa de segunda mano está muy extendido, y suele estar en condiciones bastante buenas, así que tengo bastante ropa de este tipo de tiendas -sobre todo ropa de marca que normalmente costaría un riñón pero que ahí se puede conseguir por dos duros-.
También una vez vendí ropa que no me ponía a Closet Child -no es que paguen mucho, pero era mejor que tirarla y mandan a un mensajero a tu casa a recogerla sin coste alguno-.

Recientemente pasando por una tienda de estas, que a veces hay cositas interesantes, me encontré con una pequeña bacteria feliz con ganas de fermentar, y no se cuánto costaría originalmente, pero me la llevé a casa por 80 yenes.

¡A fermentar!

Se trata de Bacillus natto, usada en la preparación de, lo habéis adivinado, natto. Nada más llegar a casa enseguida se llevó bien con mi Aspergillus oryzae. Debe de ser porque ambas se usan para preparación de comida japonesa.

¡Fermenta, fermenta, fermenta todo lo que puedaaaas!

miércoles, 21 de octubre de 2015

Yarou ramen

Un día Kazuki y yo fuimos a dar una vuelta por Akihabara.
Mi look del día, por cierto:

Estaba teniendo un día poco fotogénico.

Nos entró hambre y dando varias vueltas no lográbamos decidir dónde ir a comer. Como ya va haciendo fresco apetecía algo calentito, pero se nos había pasado la hora de la comida en los restaurantes. Entonces pasamos delante de aquel restaurante de ramen que habíamos visto infinidad de veces pero al que nunca habíamos entrado, y decidimos que ese día tocaba.



El sitio tiene un nombre curioso, se llama "Yarou ramen" que se podría traducir como "Puto ramen" más o menos -no es una traducción exacta pero se acerca-.
Este sitio es conocido por sus grandes raciones. Para comprobar si era verdad yo pedí un tantan yarou, y Kazuki un buta yarou.
Como curiosidad, "buta yarou" significa puto cerdo, y cuando el camarero te lo trae no queda claro si te está diciendo el nombre del plato o te está llamando puto cerdo aprovechando la coyuntura. Dejando esas cosas de lado, este es el aspecto que tenían nuestros platos.



El tantan no estaba mal, pero desde que probé el que hacen en el restaurante de tantanmen de mi barrio todos los demás me saben a poco. El de Kazuki sabía mejor, especialmente la sopa, aunque tenía demasiada grasilla para mi gusto. Los fideos eran lo mejor del plato, un poco duritos.

Como veredicto, las raciones son grandes, pero el sabor es bastante normalito.

sábado, 17 de octubre de 2015

Todos listos para Halloween

Cuanto más se acerca Halloween más decoración mona aparece por todas partes. Parece que todo el mundo se quiere unir a la fiesta, incluso las muelas. O si no, mirad a esta muela feliz que hay por Nishikawaguchi.

¡No tengo caries!

Se encuentra delante de una clínica dental, como os habréis imaginado, intentando atraer clientes mientas luce su sombrerito molón. Lástima que no sea suficientemente buen reclamo como para hacerme querer ir al dentista.

lunes, 12 de octubre de 2015

Yuureishii

Este año pensé en hacer por primera vez un disfraz para Halloween, y tras pensar y pensar se me ocurrió una idea. Me puse a dibujar posibles diseños, una vez me quedé con uno me puse a hacer el patrón, busqué tela y el resultado es...

*redoble de tambores*

 ¡Bushaaaaa!

¡Yuureishii!El nombre viene de yuurei, la palabra japonesa para fantasma, y Funassyi. En vez de hacer el quejido típico fantasmagórico hace bushaaaaa.


La máscara es para disimular a la "persona de dentro".

Lo estrené en el Theatic+Alamode 11, el fin de semana pasado, y me sentí muy pera fantasmagórica.

Cuando estaba pensando en cómo hacerlo, estuve usando de modelo a mi Funassyi con ventosa, y le hice una pequeña capa con capucha con tela que tenía por ahí sobrante. Teniendo en cuenta que mi modelo tiene forma de supositorio con una ventosa en el pecho y que lo hice en plan rápido no quedó tan mal.

sábado, 10 de octubre de 2015

El fin de una tradición

Desde que vivo en Japón he tenido cada año una agenda de Kapibara-san, a quien afectuosamente llamo "Patatita", pero este año, buscando una agenda para el año que viene, me tuve que debatir entre seguir la tradición o comprar una diferente. Esto se debe a que los personajes llamados Sumikko gurashi, que poco a poco van ganando popularidad, me tienen enamorada, y la agenda de ellos de este año era tan mona que cedí a la tentación.
Un cambio de vez en cuando no viene mal.


De tamaño es igual que la del año pasado, y al igual que las agendas de Patatita, la semana empieza en lunes -gran parte de las agendas japonesas empiezan la semana en domingo a pesar de que la semana japonesa empieza en lunes. Es por dar por saco, imagino-.
Por dentro también tiene el mismo formato al que estoy acostumbrada. La diferencia son los dibujos monines de Sumikko gurashi.


Son demasiado monos.

jueves, 1 de octubre de 2015

Preparando embutido de pollo con una arrocera

Dos cosas puedo decir acerca de la alimentación en Japón:

1. No es una cultura muy de preparar bocadillos ni sándwiches en casa, así que la oferta de embutido en el supermercado es más bien escasa y cara.

2. Las máquinas para cocinar arroz son imprescindibles en las cocinas japonesas.

Si estáis en Japón, tenéis una arrocera y echáis de menos un poco de variedad en embutidos, resulta que las arroceras no solo valen para cocinar arroz, no. Yo suelo hacer mi propio embutido de pechuga de pollo usando una de estas máquinas. De hecho hoy voy a compartir la receta que uso, por si tenéis una y os apetece intentarlo.


Los ingredientes son:

-2 pechugas de pollo enteras.
-sal y azúcar (entre 2 y 4 cucharaditas de cada).
-(opcional) pimienta negra molida (cantidad al gusto).

Y así es como lo preparo:

  • Primero retiro la piel de las pechugas de pollo.
  • A continuación mezclo la sal y el azúcar en un cuenco. Dependiendo de qué tipo de sabor estéis buscando echaréis más o menos. Con 2 cucharaditas rasas de cada el resultado apenas tendrá sabor, mientras que con 4 tendrá un sabor bastante más fuerte y salado. A mí personalmente me gusta la segunda opción, pero si no os decidís podéis probar con 3  de cada y ajustar la próxima vez más o menos -cocinar es experimentar-.
  • Echo la mezcla de sal y azúcar en una bolsa hermética para congelar alimentos, a continuación meto las pechugas de pollo, cierro y agito hasta que se mezcla todo bien. Recomiendo una vez mezclado abrir para sacar todo el aire posible y volver a cerrar.


    • Las pechugas de pollo deberán reposar unas 24 horas más o menos en la nevera.
    • Pasado el tiempo de reposo, saco el pollo de la bolsa y lo meto en agua para retirar el exceso de sal y azúcar durante una hora más o menos, cambiando el agua a la media hora o así.

    • Seco las pechugas bien con papel de cocina, y ahora viene el paso opcional, que es cubrir uno de los lados con pimienta negra molida -si no os gusta el picante os lo podéis saltar. A mí me gusta con pimienta-.
    • Enrollo la pechuga bien apretada con plástico de envolver alimentos, dejando que el lado con pimienta sea el exterior. Ato los extremos con un hilito para que no entre agua -bueno, para que no entre mucha- y lo envuelvo con un segundo plástico, atando de nuevo los extremos con un hilo. Quedará con este aspecto.


    • Pongo a hervir agua y meto el pollo en la arrocera. Cuando el agua esté lista, cubro el pollo con ella. Nos os preocupéis si el pollo flota un poco y no se acaba de cubrir al 100%, se va  cocinar igual.


    • Cierro la arrocera y la pongo en el modo de mantener el calor. Entonces ya solo queda esperar una hora y media a que se haga. Este es el botón que hay que pulsar.


    Cuidado al sacarlo luego, porque el agua, obviamente, seguirá muy caliente. Por muy bien que se envuelva el pollo las posibilidades de que le entre un poco de agua son muy altas, pero no pasa nada. En caso de entrar agua lo que hago es cortar el plástico por el extremo con cuidado, vaciar el agua, quitar el plástico del todo y envolver el pollo en un plástico de envolver limpio. Tras eso lo meto en la nevera para que se enfríe y ya está.



    Está bueno para meter en un sándwich, para echar a un plato de espagueti, o para echar en una ensalada, por ejemplo.