jueves, 31 de mayo de 2012

Bicicleta

He añadido algunas pegatinas a mi bicicleta, para que mi pegatina de Mungumameshiba no se sienta sola.


Ahora mola más.

lunes, 28 de mayo de 2012

TOEIC

Ayer me presenté al TOEIC  -siglas de Test of English for International Communication-.
Aunque en su momento me saqué el First Certificate -con buena nota, dicho sea de paso-, en Japón a la hora de buscar trabajo sirve de muy poco, o casi de nada, diría yo. El examen que piden para medir tu nivel de inglés en casi todas partes en Japón es el TOEIC.
Lo malo de este examen es que, al contrario que con el FCE, el resultado del TOEIC es válido solo dos años, así que esta es la segunda vez que me presento, para "renovar", digamos -esto es un negocio, señores y señoras-.
Me planteé presentarme mientras estaba en España, a primeros de año, pero allí cuesta el doble que aquí, así que decidí esperarme un poco y pagar la mitad.

Bueno, pues os voy a contar cómo va el tema de presentarse al TOEIC aquí.
Una vez te inscribes y pagas -en mi caso me inscribí en la web tras descifrar mucho japonés y lo pagué en el convini-, te toca esperar a que te manden una postal un par de semanas antes del examen con tu número, el lugar donde te examinas -que te asignan según dónde vives-, e instrucciones varias sobre el exámen.
Un dato curioso es que en la postal pone a qué hora acaba el examen, a qué hora abren y cierran la recepcion para que te comprueben el número y te marquen asistencia, pero no pone a qué hora empieza el examen. Kazuki, tras darle varias vueltas a la postal a ver si no venía en pequeñito por alguna parte, vio que efectivamente no aparece. Investigó a qué se debe, y al parecer es para que a la gente no le de por aparecer en el aula en el último minuto -lógica japonesa-.

Me tocó en la Universidad de Saitama, bastante cerca en tren de donde vivo, así que fui con mi postal con mi foto pegada y mi nombre escrito, víveres y bártulos de examen para allá.
Lo malo de esa universidad es que está bastante lejos de la estación -unos 25 minutos andando-. Normalmente no me importaría andar esa distancia, pero temiendo perderme por el camino y llegar tarde cogí un autobus que te dejaba justo en la puerta.
Eso sí, la vuelta la hice andando, para ejercitar

Al final resultó que era todo recto.

Una vez me bajé del autobús y me dirigí a la puerta, había empleados comprobando el número que le correspondía a cada alumno e indicando en qué edificio te tocaba hacer el examen. Había mucha gente y muchos edificios diferentes, así que era un poco caótico.
Cuando me acerqué a la señora que me pillaba más cerca, nada más ver mi cara hizo algo que hacía mucho que no me ocurría: asumir que no hablo japonés. En otra situación no me hubiera parecido tan raro, pero siendo alguien que se presenta a un examen para el que todo formulario de inscripción e instrucciones se encuentran únicamente en japonés, dudo mucho que vaya a hacerlo si no entiendo al menos un poco el idioma.
Básicamente la conversación fue así:

-Empleada: Haroo, puriizu, shoo mii yoaa nambaa (esto era su "inglés", así que decidí responderle en japonés, que le iba a ser más fácil).
-Yo: (en japonés) *saco mi postal* sí, es este.
-Empleada: (en japonés) Ehh... ¿puedes hablar japonés?
-Yo: Sí, puedo hablar japonés.
-Empleada: (en japonés) ¡Anda! ¡Si hablas japonés! (vuelve a cambiar a "inglés") yoaa nambaa...
Y a partir de ahí ya solo me habló en su "inglés"... en fin, gente maleducada hay en todas partes.


Ya dentro del recintro busqué mi edificio, enseñé mi postal en la mesa de registro para que me anotaran como presente, y me senté en mi sitio. Ya tenía la hoja para marcar las respuestas en la mesa, así que me puse a rellenar la cara de información personal. Como usan un código alfanumérico, aparte viene un panfleto indicando a qué se corresponde cada letra y número, pero os aviso, el panfleto está únicamente en japonés. Para mi sorpresa -la lectura es mi punto débil en el idioma nipón- pude entender las instrucciones y rellenarlo sin problemas.

 La recepción cerraba a las 12:20, y a partir de esa hora, y hasta las 12:35 más o menos ponían un cd con instrucciones acerca del examen. Luego 10 minutillos para ir al baño y otros menesteres, y ya los últimos 15 minutos antes de empezar, otra vez explicaciones sobre el examen.

Los que lo hayáis hecho alguna vez, sabréis que dura unas dos horas. No era especialmente difícil, pero me tocará esperar a saber los resultados exactos.
Inglés no se, pero me ha hecho ganar algo de confianza en mi japonés.

sábado, 26 de mayo de 2012

Atalaya japonesa

Esta mañana tocaron a la puerta una mujer joven y una niña que no tendría más de 10 u 11 años. Cuando Kazuki les preguntó por el telefonillo qué querían, la mujer le comentó un rollo acerca de que repartían una revista gratuita y que si le podía hacer el favor de leerla... le avisé de que no les abriera la puerta, pero lo hizo y la cogió.
Por el modus operandi, yo daba por hecho que eran Testigos de Jehová, y no me equivoqué. Dentro de una revista de tema totalmente aleatorio se encontraba escondida una revista de propaganda religiosa. La Atalaya japonesa, como he decidido llamarla.

Por si sentís curiosidad de cómo son por estos lares, esta es la revista que venía por fuera.

Pone más o menos: "¡Despierta! ¿Puedes oir los gritos que piden justicia?"

Y esto es lo que venía escondido por dentro.

Pone arriba en azul: "La Atalaya. Anunciando el reino de Jehová".

Algo me dice que en esta casa no van a lograr reclutar nuevos miembros.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Toma Toma

Me encontré este licor de tomate en el supermercado, y como me hizo gracia el nombre le hice una foto.

Toma, toma y toooooma.

domingo, 20 de mayo de 2012

Ramen Shichifukujin

Ibamos Kazuki y yo un día por Kawaguchi con antojo de ramen cuando nos encontramos algo que prometía por el nombre: Ramen Shichifukujin.
Shichifukujin significa "los siete dioses de la fortuna", y de acuerdo con el nombre, se trata de un conjunto de 7 restaurantes de ramen.

Aquí los tenéis a los 7 dioses apiñaditos.






Desgraciadamente la mayor parte de los dioses estaban de cese de negocio, y los que quedaban no nos acababan de convencer, así que decidimos buscar ramen en otra parte.
Hubo suerte y en un callejón saitameño perdido encontramos un sitio bastante majete. Yo probé el ramen con sopa de tonkotsu -se hace principalmente con hueso de cerdo- y katsuo.


viernes, 18 de mayo de 2012

Shiodome City Center

Últimamente voy bastante a Shinbashi. La verdad es que es una zona que de turístico no tiene nada (excepto el transbordo de Japan Rail a la línea Yurikamome), y mayormente se encuentra poblada por edificios de oficinas.
El motivo por el que yo voy es porque es donde se encuentra el quiropráctico que estoy visitando últimamente. La salud es lo primero, ya sabéis.

Cerca de la estación de Shinbashi se encuentra este rascacielos llamado Shiodome City Center, al que estuve haciendo fotos el otro día.






Y a los edificios de los alrededores.



lunes, 14 de mayo de 2012

Cocinando, que es gerundio

Una de las últimas recetas que he probado a preparar son los rollitos de carne y verdura con salsa teriyaki. Por dentro llevan patata, zanahoria y espinaca.

Ricos ricos.

sábado, 12 de mayo de 2012

Vestido largo para el verano

Me gustan mucho los vestidos que parecen una camiseta de tirantes larga, pero para mi desgracia, solo los fabrican con la forma menos favorecedora para mi tipo de cuerpo, y siempre me quedan muy raros cuando me los veo en el probador.
Me planteaba resignarme a nunca ponerme uno hasta que vi aquella tela elástica molona en mi tienda favorita de Shibuya y recordé que se hacer ropa. Está claro, si no los hacen para mí, lo haré yo misma.

Esa tela llevaba mucho tiempo aparcada en una bolsa debido a cosas varias que me han hecho ir dejándolo pasar, pero ahora que por fín tengo máquina de coser en Japón y he tenido unos días en los que mi espalda me ha estado fastidiando menos, he aprovechado, y este es el resultado.


viernes, 11 de mayo de 2012

Mameshiba gigante

Aunque Mameshiba ha perdido mucha popularidad en los últimos años, y apenas se puede encontrar ya merchandising en las tiendas salvo en ocasiones especiales, de vez en cuando hay eventos en los que una Mameshiba gigante viene a alguna parte de Japón. Por desgracia nunca me pillaba cerca, hasta hace poco, cuando por fín decidieron hacerlo en Tokio.
Al enterarme avisé a Sonia, que también es fan de Mameshiba, y se vino con Pilar para allá, a no perdernos nada.

Uno de los dos sitios en los que se hacía de Tokio es una juguetería llamada Toy Park, en Ginza. Si hacía buen clima y no llovía, en teoría fuera de la tienda Edamameshiba estaría moviéndose, y agitando las orejitas, pero hubo mala suerte y llovió, con lo que Edamameshiba no se movía. Pero no pasa nada, le di un abrazo igualmente.

 Ya no necesito bici, iré montada en Edamameshiba a todas partes.

Debido al evento especial, estuvieron vendiendo también muñecos de peluche y cosas varias de Mameshiba. Si comprabas algo te regalaban pegatinas de Mameshipamyupamyu y una bolsa. Yo compré unas pegatinas de Baby Mameshiba.



martes, 8 de mayo de 2012

Kappabashi III

Hala, me dejo ya de misterio. Lo mejor de Kappabashi son los Kappa.Aunque podéis echar un vistazo al enlace a Wikipedia que he puesto, en resúmen se trata de un ser mitológico de la familia de los yokai, es decir, fantasmas/monstruos/espectros varios japoneses.
El nombre del barrio de Kappabashi en realidad poco tiene que ver con tal criatura. Al parecer viene de otro significado de la palabra kappa, ya que también significa "chubasquero" en japonés. Los residentes de la zona los ponían a secar en un puente que se encuentra por allí, lo que explicaría kappa= chubasquero + bashi = puente.
Aunque se escriben de forma diferente, kappa (chubasquero) y Kappa (ser mitológico) se pronuncian igual, lo que ha hecho que en la zona el kappa se haya adoptado como mascota, y se pueden encontrar imágenes y estatuas varias del susodicho.

Ese día tocó caza de Kappas, y cazamos unos cuantos -al menos capturamos su imágen-.









Este se llama Kacchan.

 Y este Pakkun.


 Y para el final dejo al que nombré "densetsu no kappa" (el kappa legendario).


domingo, 6 de mayo de 2012

Kappabashi II

Seguimos con Kappabashi, y con la decoración de sus calles.




El Tokyo Sky Tree se ve como si estuviera al lado -en realidad lo está-.


Lo mejor de Kappabashi está relacionado con su nombre, y he decidido dejarlo para una tercera y última entrada de las crónicas de Kappabashi.

viernes, 4 de mayo de 2012

Kappabashi

Kappabashi, también conocido como "Kitchenware town", es un barrio a medio camino entre Ueno y Asakusa que destaca por dos cosas. La primera lo dice el propio pseudónimo, está llena de tiendas de accesorios de cocina. La segunda, hay kappas por todas partes.
No es el sitio de turismo más popular de Tokio, y tiene dura competencia cerca, pero es curioso para ir a echar un vistazo.

El caso es que nos pusimos guapos y nos dirigimos allí hace unos días.


Ya casi hemos llegado.


Para aficionados a la cocina, se puede encontrar de todo. Hasta material para montar tu propio restaurante.





Lo que me gustó de la zona es la curiosa decoración de las calles. Lo veréis en la siguiente entrada.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Chocolatería San Ginés

Los churros -bueno, la versión japonesa de los churros, llamados "churosu", que no saben a churro- son muy populares en Japón, y se pueden encontrar en muchos sitios.

Había oido que hay una famosa churrería y chocolatería madrileña en Shibuya, donde en teoría los hacían como en el local original, pero nunca la había visto. Pues curiosamente, me encontré el otro día con la sucursal de Saitama.
Sí, señores y señoras, para mi sorpresa en Saitama hay churrerías madrileñas. Bueno, al menos una. Curiosamente se encuentra en Misato, cerca del Ikea que comentaba en la entrada anterior.



Yo no soy demasiado fan de los churros -ni de los españoles ni de los japoneses, que como ya he comentado, tienen un sabor muy diferente-, pero como esto no se ve todos los días, entramos a probarlos.
Este es el aspecto que tiene el local por dentro.






La churro-lámpara.

Tenían 2 variedades de churros. Primero probamos los normales con chocolate, los aceitosos de toda la vida.


El chocolate estaba bueno.

Y luego... *redoble de tambores* ¡el churro-corazón cubierto de matcha!


La cobertura sabía tan a pegote de azúcar que no llegamos a averiguar a qué sabía lo de dentro.