martes, 29 de septiembre de 2015

Funassyi cafe

Por segundo año consecutivo han decidido volver a abrir el Funassyi cafe en el Parco de Shibuya, esta vez del 4 de septiembre al 3 de noviembre. El problema es que es tan popular que el año pasado nos quedamos sin poder entrar -sí, es MUY popular-, pero este año las entradas del mes de septiembre se tenían que pedir por internet sí o sí, así que las pillé con tiempo y hace poco fui para allá con la señorita Madness.

Una vez llegamos a Parco había que subir a la séptima planta y buscar a las peras camareras.


Las entradas se podían reservar para la franja de tiempo que quisieras, por ejemplo a partir de las 11:00, de las 11:30, etc. Te tenías que acercar un rato antes de la hora reservada e iban llamando a la gente por número para hacer cola. Según la entrada si estaba muy concurrido era posible tener que esperar hasta dos horas, pero no esperamos tanto, afortunadamente.
Mientras esperábamos, nos dieron un menú para que fuéramos pidiendo antes de entrar.

Póngame todos, gracias.

Pero como no nos lo podemos comer todo, pedimos una funamburguesa y un funaflan. Pagando aparte te daban el bol del funaflan -bueno, uno limpio-.
Cuando ya estabas al final de la cola y te iba a tocar tu turno, tenían gorros y diademas con la hoja que tiene Funassyi en la cabeza para que te puedas hacer una foto conmemorativa. Atención a las caras de felicidad en la nuestra.

Y de "tengo un foco cegador apuntándome a los ojos".

Por fín nos pudimos sentar y esperamos a que nos trajeran la comida. El sitio estaba decorado súper mono por dentro.

Con hyahaaas y busshaaaaas de fondo y mi funabol en mano.


¡Por fín llegaron las funamburguesas!


Quitando que el pan azul de debajo estaba demasiado blandorro, la verdad es que estaban buenas y llenaban bastante más de lo que parecen.

¡A continuación el funaflan!


Era bastante grandote, rodeado de una crema con sabor muy dulce, como a cobertura de cupcake, y con helado, frutas y cereales enterrados debajo. Lo malo es que el flan no sabe a flan, solo sabe a crema pastelera. De hecho era como comer crema pastelera a cucharadas, lo que unido a la otra crema dulzona lo hacía extremadamente empalagoso y a mitad de postre tu estómago se pone en huelga.
Al menos el helado, cereales y frutas de debajo eran más fáciles de comer.

Este es el bol que viene con el postre.



Por supuesto esto va de vender, así que hay tienda de merchandise de Funassyi en la entrada. Los muñecos disfrazados de signos del zodiaco eran una monada.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Ciclismo por el río Han

El río Han cruza Seúl, y aparte de ser bonito de ver, en su ribera hay varios modos de entretenerse. Por ejemplo, ir a uno de los múltiples parques que hay para hacer un picnic -aunque por lo que ví la gente ponía su tienda de campaña en el césped y encargaba pizza para que se la trajeran al parque mayormente. Aceptamos barco-.


Lo de las tiendas de campaña también lo he visto mucho en piscinas japonesas, por ejemplo. Imagino que es por la obsesión asiática de tener la piel de color blanco nuclear -en mi caso, aunque lo intentara soy del tipo de ponerse morena tras estar diez minutos bajo el sol con protector solar de factor 50-.

A lo largo del río hay carriles bici, y varios lugares donde se pueden alquilar bicicletas, así que como ciclistas habituales decidimos disfrutar del río Han de ese modo.
Para ello hay que buscar una caseta con este aspecto.


Se pueden alquilar bicicletas normales o tándems. En el caso de las primeras, eran 3000 won la hora y 500 won cada 15 minutos adicionales. En el caso de las segundas, 6000 won la hora y 1000 won cada 15 minutos extras. En la ventanilla dices qué tipo quieres y cuánto tiempo, y te harán dejar algún tipo de identificación que te devuelven cuando vuelvas a devolver la bicicleta o tándem, por ejemplo, el pasaporte.


Elegimos bicicletas normales y cogimos una cada uno. La verdad es que sonaban como si se fueran a caer a cachos de un momento a otro, pero aún así hicimos buen uso de las piernas.
Afortunadamente, nos hizo buen clima ese día.

Juguemos a "encuentra a Cal" en la foto.

Además de las bonitas vistas del río nos encontramos con este curioso ser.

¿Es un pájaro? ¿Es un avión?
¿Es un....? ¡AAAAH!
Nuestro dominio del coreano no dio para entender lo que decía el cartelito de al lado, pero aún así aprovechamos para hacernos unas fotos con ello, porque molaba.

Lo mismo no es la pose que esperabais.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Cafe Gaene

Siguiendo con el tema de Seúl y de mi cumpleaños, cuando estaba investigando antes del viaje cosas para hacer durante el mismo, me encontré con que en Seúl hay varias cafeterías de perros. En Tokio todavía no he encontrado ni una, así que quería ir a jugar con los peludines.
Investigando pudimos encontrar qué tipos de perros tenían en cada una, y Kazuki encontró una con mi perro favorito, el carlino o pug -es como una croqueta arrugadita con patas, me encanta-. De hecho no tenían uno ni dos, sino tres -y un bulldog, ya para añadir más arruguitas al tema-. Por esto mismo y porque en el edificio donde vivo no se puede tener mascotas, se convirtió en el plan perfecto para el día de mi cumpleaños.

Esta cafetería se encuentra en Myeongdong, bastante cerca de la estación -las salidas más cercanas son la 5 y la 6-. Andando un poquito lo encontramos, en la cuarta planta de un edificio sin ascensor -aunque con estas piernas fuertotas poco importa ese detalle-.

Encima de "Dog Cafe" pone en coreano "Cafetería de perritos".

Entramos dentro, y una chica que trabaja allí nos explicó con qué perros tener cuidado porque es posible que muerdan -eran dos, uno grande y uno pequeño-, nos dijo que la entrada es 8000 won con una bebida, y nos hizo echarnos desinfectante en las manos.
Las cafeterías de animales de Tokio tienen todas límite de tiempo, que suele ser una hora, así que me hizo ilusión saber que aquí no había límite de tiempo y nos podíamos tomar la tarde con calma.
Pedimos bebida y fuimos hacia una mesa para dejar nuestras cosas. Tienes dos opciones, o sentarte en una mesa, o sentarte en el suelo con una mantita sobre las piernas para que los perrines vengan a que les acaricies un rato.
Entre la clientela no solo había humanos.

¿Si me pongo una mantita sobre las patas traseras se me subirá un humano?

Dentro había más de 20 perros, así con la tontería.


Aunque algunas personas se podían tirar hasta 20 minutos sin que se les acercara ningún peludín, en mi caso yo creo que solo pasaban unos segundos desde cada vez que me sentaba en el suelo -hay que estirar las piernas- hasta que alguno me trepaba hacia el regazo. Debo de gustarles o algo -yo encantada, oye-.

Esta dachshund se echó una pedazo de siesta encima de mí.

Y sobre Kazuki el perro al que rebautizamos como "Mohican".

Son demasiado monos.

Muero de amor.





Como acabas de pelo de perro hasta las orejas -lógicamente-, tienen rollos de estos con cinta adhesiva para que te limpies la ropa cuando te vas.
En mi próximo viaje a Seúl vuelvo seguro.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Tarta de cumpleaños coreana

Otro año más llega el día de volverme más vieja oficialmente, y este año lo pasé en Seúl.
Allí durante unos pocos días andamos mucho, subimos muchas escaleras, comimos mucho, y uno de esos días cuando estábamos dando una vuelta por Hongdae nos encontramos con una pastelería llamada Chou Cake House.
El escaparate tenía tartas tan monas que estaba rodeado de gente mirándolas y haciendo fotos.



Sobre las tartas había un cartel que decía que una costaba 10000 won -si sentís curiosidad, al cambio son unos 7,50 euros-. Bueno, al principio, como nuestro nivel de coreano no es muy allá, no entendíamos si lo que costaba eso era un corte o la tarta entera, pero investigando vimos que no, que era la tarta entera.
Teniendo en cuenta que la idea inicial era comer una porción de pastel en alguna cafetería y que ese precio suele ser cercano al que te cobran por una sola porción, decidimos cambiar de plan, y entramos a comprar una tarta -oh, sí-.

Aunque intenté preguntar en inglés por qué tartas son las que no llevan café, las dependientas no parecían entenderme, y aunque Kazuki y yo podemos leer hangul, mi vocabulario coreano se limita a decir hola y preguntar dónde está el cuarto de baño -quienes hayáis estudiado griego en el instituto me entenderéis-. Él puede hablar un poco más, así que consiguió averiguar que excepto tres tartas, las demás eran todas con sabor cafetero -manda huevos-. De entre las que quedaban, elegí una muy mona de chocolate con fresas, y al comprarla nos dieron un cuchillo de plástico para cortarla y velas. Nos preguntaron cuántas velas queríamos, y pedí dos, porque pedir tantas como mi edad me pareció abusar un poco, y porque mi edad son dos dígitos.


¡Tacháaaaan!

Tras soplar las velas le quité el papel.

El bizcocho era de chocolate con capas de nata entre medias. Estaba buena.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Estudiando para el JLPT N1

Tras presentarme al nivel N1 del JLPT varias veces sin éxito había decidido darme un tiempo para plantearme si me daba ya por vencida o si lo volvía a intentar en un futuro -total, tengo el N2, pensé-. Pues recientemente -bueno, quien dice recientemente dice hace unos meses- decidí volver a presentarme en diciembre de este año.

Desgraciadamente mi capacidad de memorización es bastante limitada, y cada vez que memorizo una palabra o un kanji nuevo se me olvida uno que ya sabía anteriormente. Por eso he estado probando métodos de estudio varios hasta que ya más o menos me he asentado en lo que estoy haciendo ahora a diario para prepararme para diciembre de este año, cuando me toca examinarme.

Para personas que andéis también intentando decidir cómo enfocar el estudio para el N1, he pensado que os podía servir de ayuda, así que hoy voy a compartir mi método actual de estudio.

1. Vocabulario y kanji

Cuando estudiaba en la escuela de japonés solía utilizar un programa llamado Anki. Este programa está muy bien cuando no tienes que aprender una lista muy grande de vocabulario, pero he comprobado que con el vocabulario del N1 no me estaba ayudando porque es demasiado extenso. Intenté usar otro parecido llamado Mnemosyne, con el mismo resultado.
Lo que sí me está ayudando y es lo que utilizo actualmente, ya que también tiene aplicación para iPhone y así puedo estudiar en el tren, es Memrise. Es parecido al método Anki, pero me hace escribir las palabras también, lo que hace que sí se me queden. Ahora, todas las listas de vocabulario decentes están en inglés, así que para quien no entienda mucho inglés esta web no le va a ser de mucha ayuda -la maldición de los no angloparlantes-.
Lo bueno de esa web es que tiene para aprender muchos idiomas y se puede usar mayormente de modo gratuito -o para usar las opciones más avanzadas, de pago-.

2. Gramática

Lo intenté con Kanzen Master, pero a mí me resulta un libro que motiva nada o menos a estudiar. También intenté usar tarjetas para Anki y Mnemosyne, pero el método repetición no me funciona para aprender gramática.
Tras pasar por varias librerías y hacer tachiyomi -el arte japonés de leer libros por la cara en una librería, que nadie te va a decir nada- un rato, al final me decidí por Nihongo So-Matome.


Me gusta el método que propone de darte a estudiar dos páginas por día y luego hacerte un pequeño examen de lo estudiando durante la semana el séptimo día. Además es bastante fácil de entender.

3. Comprensión auditiva

Vivo en Japón y me comunico en japonés el 90% del tiempo, así que para eso no me ha hecho falta prepararme mucho. De todas formas, como refuerzo hay vídeos en Youtube con audio de esta parte del examen. También veo anime a menudo y de vez en cuando películas en japonés, lo que me ayuda a escuchar expresiones que no uso normalmente en la vida diaria.

4.Lectura

Mi modo de mejorar mi comprensión y velocidad a la hora de leer, aparte de ir al karaoke -aprendes a leer más rápido así con la tontería- y usar el juego de karaoke de Joysound para Nintendo 3DS en casa, es leer libros, manga, y jugar a videojuegos en japonés.
¿Recordáis que empecé a jugar a Gyakuten Saiban 5? Pues logré acabar el juego, y mi vocabulario de temas relacionados con juicios ha aumentado bastante así con la tontería. Lo malo es que siempre hay un personaje que habla raro, en plan japonés antiguo o en algún dialecto pueblerino profundo sin venir a cuento.

¿Por qué no puede hablar normal este personaje, coño?

Y eso es todo. A quienes os presentéis este año, ¡Suerte!

jueves, 3 de septiembre de 2015

Tokyo Skytree Town Campus, Chiba Institute Of Technology

Recientemente me enteré de que el Instituto Tecnológico de Chiba tiene una exposición en el Tokyo Skytree en la que se puede ver -e interactuar- con algunos de sus proyectos tecnológicos actuales. Queriendo sumergirnos un rato en un ambiente futurista cercano, Kazuki y yo nos plantamos allí recientemente.

Se encuentra en la octava planta de Solamachi -o Soramachi. Lo he visto escrito de ambas formas, que aquí nunca se aclaran con las eles y las erres-, la zona comercial en la base del Tokyo Skytree. Ese día fuimos andando desde Asakusa, que está cerca.

Desde Asakusa hay que ir en dirección al zurullo. No tiene pérdida.


Hala, ya hemos llegado. La entrada es gratuita, por cierto.
Está dividido en dos áreas. La primera es la más cercana a las escaleras mecánicas, así que entramos ahí primero.
Nada más entrar nos encontramos con este robot de rescate llamado Rosemary -en español sería Romero, así que lo voy a llamar "él"- empleado en la central nuclear de Fukushima, demostrando cómo puede subir y bajar escaleras, y el uso de sus dos cámaras, cuyas imágenes se podían ver proyectadas en la pared de detrás.


Cerca se encuentran lo que llaman "magic card, on the fly paper". Se trata de hojas de papel que una vez colocadas sobre una mesa muestran información sobre las mismas, convirtiendo la mesa en una especie de tablet. Hay tarjetas de robots diseñados por el Instituto Tecnológico de Chiba y tarjetas de planetas.

Las ponemos sobre la mesa y...


Una cosa que muy a mi pesar no se podía probar era el "Mars probe simulator", con el que se puede explorar la superficie de Marte.


Había modelos a escala de proyectos varios del ITC, como lo que bauticé como "el coche cucaracha", y robots varios.

La cucaracha, la cucaracha... ya no puede circulaaaaar.


Lo que me resultó más entretenido de esta zona fue la sombra robótica. De hecho aquí me tenéis probándola en movimiento.


Pasemos a la segunda área.


Nada más entrar nos encontramos con uno de los mechas de Macross.


 En esta zona puedes andar por el espacio.


O andar por la superficie de la Luna. Esta va rotando mientras el mapa de la izquierda te dice en qué zona estás.


La estrella de la exposición, y principal motivo por el que quería ir, es la Tentetsutou. Se trata de una espada forjada utilizando como material un meteorito de hierro que cayó a la tierra hace unos 450 millones de años. Por eso su nombre significa "la espada del cielo". A su lado se encuentra un fragmento del meteorito utilizado.


La exposición se ve rápido, pero si pasáis por el Tokyo Skytree yo la recomendaría.