

No paraba de llover, y no llevábamos paraguas, pero ya que habíamos ido hasta allí no nos íbamos a pasar el resto del día metidos en una cafetería. Por ello salimos al peligro, a intentar encontrar algún sitio donde vendieran paraguas. Una vez conseguidos, disfrutamos de Koedo pasado por agua.



Lo último que nos quedaba por visitar era la calle de las tiendas de caramelos antiguas. Para nuestra sorpresa, siendo las 6 de la tarde más o menos, estaba todo cerrado.

A pesar de ello, algo interesante nos quedaba en las calles aún inexploradas de Kawagoe.
En la próxima entrada más.
A pesar de la lluvia, se ve increible (también la copa helada :))
ResponderEliminar