Rilakkuma no se pasa todo el día descansando, a veces se va a dar un paseo por Ikebukuro.
La desventaja de ser un oso famoso, es que en cuanto le ven todo el mundo quiere hacerse fotos, y no se puede relajar.
Si no fuera tan alto como yo me lo hubiera llevado a casa.
Había otro Rilakkuma gigante, pero este no se movía.
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