Ayer fui por primera vez a cortarme el pelo en una peluquería japonesa. He ido a varias peluquerías, pero siempre a hacerme la permanente, así que iba un poco asustada -demasiadas experiencias traumáticas con cortes de pelo-.
Lo primero de todo era encontrar una peluquería en la que el precio no se saliera de presupuesto. Aquí piden unos precios algo exagerados por un simple corte -a no se que quieras ir a una de esas de "corte por 1000" yens en las que sales con más trasquilones que una oveja-, así que opté por la que se convirtió en mi salvadora en formato revista, Coupon Land.
Esta revista se puede coger gratis de cualquier estación grande -y del Studio Alta, que es donde yo cogí la que usé-. Viene a ser una revista de cupones de descuento para restaurantes, salones de belleza, etc. Como aprecio mi pelo mucho me puse a buscar por zonas un poco pijas para que aunque fuera con descuento, no saliera medio trasquilada. Al final me decidí por una peluquería de Ikebukuro, pero como no confío en mi habilidad para pedir hora por teléfono en japonés me fui para allá a hacerlo en persona.
Ayer llegó el momento de la verdad. Ya me había aprendido las palabras necesarias para explicar que me repasara las capas y me cortara las puntas pero no demasiado. Incluso había decidido aventurarme a dejar que me cortaran el flequillo -los últimos años siempre me lo he cortado yo-. El cupón incluía corte pero no lavado, así que, por bizarro que parezca, me cortaron el pelo en seco -el caso es que cuando yo me recorto los lados o el flequillo lo hago en seco también, pero no me lo esperaba en una peluquería-.
Por primera vez también quien me hizo el corte era peluquero -siempre han sido peluqueras hasta ahora, curioso-. Muy majete pero tenía el problema del tono de voz exageradamente bajo que hace que alguien con una capacidad auditiva como la mía tuviera que preguntarle todo el rato "¿Ein?" -no porque no entendiera lo que decía precisamente, sino porque hablaba para el cuello de la camiseta el puñetero-.
Cuando me preguntó que cuánto cortaba, le dije que 2 cm. Para mi sorpresa... me cortó solo 2 cm. Yo suelo dar una cifra bajita para que luego cuando te cortan el doble no sea tan traumático, así que no me esperaba que me hiciera caso -estoy acostumbrada al problema de "te pregunto pero por preguntar, porque voy a hacer lo que me de la gana con tu pelo" que tanto ocurre en España. Quien diga que no se lo han hecho miente vilmente-.
El único problema es que una vez que ha cortado los 2 cm, si se te ocurre pedirle que corte un poco más, va milímetro a milímetro, con lo que al final me dí por vencida con que me cortara el flequillo un poco más.
Buena falta le hacía a mis puntas renovarse, eso sí.
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Hace 4 años
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