Crónicas madrileñas

Al contrario de la creencia asiática -la creencia general es que es un país tropical en el que hace calor todo el año. Ojalá-, en la comunidad de Madrid hace mucho frío en invierno -sobretodo al norte, donde me encuentro yo-, pero se va soportando gracias a alimentos ricos mediterráneos, como las típicas tapas españolas.

Ese chorizo frito, qué rico.

También, viendo decoración festiva me encontré una vaca, ahí campando tan tranquilamente. ¿Formará parte de la decoración?

Mú.

Té expresso

Comentaba el año pasado en esta entrada que Japón es un país de bebedores de té, lo cual es un gran pro en mi opinión. El Expresso tea -del que hablo en la entrada del enlace- tuvo éxito, y sacaron más variedades.

El Expresso tea original.

La nueva versión es el Expresso tea latte.

Decorado acorde a la actual época del año.

Al igual que su predecesor, sabe cargadillo, pero en este caso, con leche.
Tengo ganas de beberme uno de estos ahora.

Reportando desde una de las localidades que da nombre a una cárcel

Cada vez que me subo en un -en realidad dos, porque no hay vuelos directos entre España y Japón- avión para hacer este camino tan largo, mi cuerpo se suele quedar destrozadillo unos días. El desfase horario, lo llaman.
Lo bueno es que esta vez la compañía no fue Air China, con la que mis experiencias no suelen ser demasiado positivas, sino que fue British Airways -hasta Londres. Desde allí fue con Iberia-.

La comida del avión. Estaba buena.

Hacía años que no pasaba por Heathrow, así que no sabía que ahora anuncian tardísimo la puerta de embarque. Según me explicaron cuando fui a quejarme porque era la hora de embarcar y aún no se sabía nada, la anuncian 50 minutos antes de la salida del vuelo. En el caso de mi vuelo la anunciaron 30 minutos antes.

Y ya me encuentro en el pueblo de Madrid -cuando digo que soy de Madrid, me refiero a la comunidad autónoma, no a la ciudad- en el que vive mi familia.

En Odaiba

No fuimos a Odaiba solo porque quisiéramos montar en barco. También dimos una vuelta por allí.
Como era un día bastante frío, acabamos entrando en Aqua City Odaiba.


En la planta de abajo, donde está el cine, había una exposición de coches.


Aunque solo había 3 coches.


Se podía subir a la azotea, así que fuimos a ver el atardecer.


En Japón la navidad no tiene ninguna connotación religiosa, sino que se celebra como una especie de san valentín en invierno. La tradición aquí es irte con tu pareja a cenar o a un hotel a hacer xxx y comer tarta de navidad y pollo -y poner lucecitas y arbolitos y bombardear con canciones sobre renos y Papa Noel durante meses por todas partes, al igual que en muchos otros países-. Pues haciendo honor a la tradición de la navidad parejil pusieron bancos con forma de corazón en la azotea, para poder disfrutar de la vista en un ambiente romántico.

Aunque también te puedes sentar sol@ si quieres.

Los lados están inclinados para obligar a la pareja a sentarse muy juntit@s.

Desde la azotea también se podía ver el Tokyo Sky Tree. Tengo ganas de subirme cuando lo abran al público, pero eso de que vayan a cobrar 3000 yens la entrada hace que me lo esté pensando.

Mañana tendré que subirme al avión y alejarme temporalmente de las tierras japonesas, las cuales voy a echar de menos. Espero que primero Inglaterra y luego España me reciban bien y el jet lag no me afecte demasiado.

El autobús acuático

Cal en Japón va a dejar de ser "Cal en Japón" en breve, para pasar una temporadita como "Cal en España". Durante esos meses aún no he decidido qué hacer con este, mi blog. Podría dejarlo aparcado hasta que vuelva al territorio nipón, o podría hacer algunas actualizaciones de vez en cuando.
No tengo pensado dejar al blog morir, aunque durante unos meses tendrá menos actividad, claro está.

Y como en Madrid no hay mar, antes de tener que subirme al avión decidimos ir a dar un paseito en barco.

Aunque no fue en este barco.

Odaiba, la isla artificial de Tokyo, se encuentra conectada tanto por tren normal, "monorraíl", como por autobús acuático. En esta ocasión decidimos probar la última opción.

Este sí que era nuestro barco.

¡Zarpamos!



¡Llegamos a Odaiba!

Cohete

Me he encontrado muchos edificios con forma curiosa en Japón, pero el que más me ha llamado la atención hasta ahora es este que se encuentra en Oomiya, y que es uno de los sitios en los que he estado trabajando.

Máquina de bebidas en Ueno

En Ueno hay decoraciones de pandas por todos lados, por el tema de los pandas del zoo. Esta máquina de bebidas tampoco se salva.

Estoy a favor de la decoración de pandas.

Nippori

Para la gente aficionada a la costura, en la zona de Nippori, en Tokyo, existe lo que se conoce como "Nippori textile town". Es una calle con muchas tiendas de telas y accesorios de costura.
Los precios dependen de la tienda, pero variedad hay bastante.


Este es el aspecto que tiene la zona.

Me hice amiga de una de las esculturas de la zona.

No es una panadería cualquiera

Mi última visita a un estudio de grabación este año fue en Kamata. Según llegué a la estación, algo llamó poderosamente mi atención.
En Kamata se encuentra la única, la inimitable, la...

No es una panadería cualquiera, es ¡la panadería!

Curiosidades en Aoyama

El otro día, paseando por Aoyama, me fijé en algo de lo que no me había percatado antes.

Cualquier sitio es bueno para divertirse.

Iluminación festiva de Omotesando Hills

Omotesando Hills es un centro comercial subterráneo que se encuentra en, evidentemente, Omotesando.
Hoy tenía algo de tiempo y me pasé por allí a ver cómo lo habían iluminado para las fiestas. No recuerdo cómo fue el año pasado, pero este han elegido temática de Disney.





Y ya que estamos, si paseáis ahora por Omotesando, este es el aspecto que tiene.

Kamakura parte V

El siguiente destino fue el templo Tsurugaoka Hachiman-guu, así que nos subimos al tren y nos dirigimos allí. Hay que andar un poco desde la estación, pero nos ayudaron a encontrar el camino.

¡Es para allá!


Acercaos y os digo por dónde es.

¡Todo recto!

Yo es que no soy de aquí.

Y por fín llegamos.

¡Mas escaleras!

Y con esto concluye la visita a Kamakura.

Kamakura parte IV

Subiendo subiendo escaleras por la montaña, ¿qué nos encontramos?


Nos encontramos con el mar, y Kamakura a vista de pájaro.






Ya hemos imitado a las cabras montesas lo suficiente, volvamos abajo.


Hay un pequeño templo dentro de una cueva, así que decidimos entrar a ver.




Finalmente salimos de la cueva y acabamos la visita a Hase-dera.


Pero aún quedaba por ver en Kamakura. Próximamente, el siguiente destino.