miércoles, 30 de septiembre de 2009

Por fín un poco de descanso

Desde que he llegado he tenido mucho ajetreo, mucho andar, muchísimas escaleras y un cuerpo poco acostumbrado a ningún tipo de ejercicio, así que poco a poco se me estaba agotando la pila, pero ya por fín he tenido un día tranquilo -ignorando el agobión que supone aquí el tren por las mañanas- y he podido descansar.
Esta mañana fue el segundo día de clase. Son bastante curiosas, consisten mucho en participación y en hacernos hablar en japonés todo el rato. Nadie se libra, pero me parece bastante buen método.
He encontrado un rincón tranquilito de la escuela para estudiar y hacer los deberes después de las clases, ya que acabo demasiado pronto como para tener ganas de comer todavía.
Una vez que acabé, me fui a buscar un sitio para comer. Shibuya es un barrio más bien caro, pero tiene algunos restaurantes pequeñitos baratos y majetes. Hoy iba mirando de camino a la estación y me fijé en uno de fideos que parecía barato. Como ha estado todo el día lloviendo, una sopa calentita con fideos sonaba muy tentador, así que me puse a mirar qué tenían. En muchos restaurantes de fideos, hay una máquina en la entrada en la que viene indicado el plato y el precio. Ahí pagas y coges un ticket que das en el mostrador para que te atiendan. Tenían lo típico, para elegir entre soba y udón con wakame, con tempura, con... un momento, ¿korokke? Por supuesto, me vi obligada a probarlo. Para quien no conozca las korokke, es como una croqueta de toda la vida, pero en vez de bechamel lleva patata machacada y carne -o en ocasiones, verdura-. Vale, la patata pierde ante la bechamel, pero también están ricas.
El caso, era un plato de sopa de fideos de soba con una korokke encima. El aspecto era este:

Puntuación positiva para el experimento, lo mismo me tienen de clienta más a menudo en ese local.


Por cierto, los que leéis el blog, si dais alguna señal de vida en él me haríais un favor, que empiezo a creer que esto lo leo nada más que yo para publicar XD.

martes, 29 de septiembre de 2009

Resumen de los últimos días

Estos días he andado bastante ocupadilla, así que aquí viene un resúmen rápido:

-Me han hecho un hanko, es decir, uno de esos sellos con kanjis con los que firman los japoneses. En el mío pone mi nombre nada más, katakanizado.
-Me abrí por fín una cuenta bancaria, en la oficina de correos. El de la oficina lo flipó cuando me vio sacar el hanko y firmar con él -por si alguna vez os intentáis abrir una cuenta bancaria en Japón, en muchos bancos exigen tener uno para firmar. En la oficina de correos no recuerdo si era necesario o no-.
-Ayer ya fui a la escuela a hacer el test de nivel y hoy empecé las clases. En clase se habla en japonés nada más, pero como veo a la mayoría tan perdidos como yo, da confianza.
-Tras hacer la ruta de los apartamentos, por fín he encontrado uno majete -vamos a pensar con mentalidad japonesa, ya se que en España se consideraría un zulo, pero para una persona es más que suficiente-. Quería algo que costara menos de 60.000 yens al mes que estuviera a menos de dos horas de la escuela, y lo he encontrado. Además, viene amueblado -eso incluye una lavadora y un microondas, toma nivel- y con línea de internet y el agua incluida en el alquiler. Está en Saitama, pero a una estación de tren nada más de Tokyo, y tardo muchísimo menos en ir a la escuela que desde Chiba.
-Cuando me compré el móvil me dieron vales de 5000 yens que se pueden usar en mogollón de tiendas, así que ya se de dónde va a salir mi secador de pelo.

Y eso es todo por hoy, a dormir que voy, que ya toca.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Los tamagotchis toman Harajuku

Hoy toca actualización doble.
Estuvimos el otro día en Harajuku -"el otro día" es una expresión tremendamente útil-, y descubrí una tienda que no estaba la última vez que estuve en Tokio, Tamadepa.


Está dedicada a Tamagotchi, y dividida en dos partes: la de merchandising, y la de tamagotchi-donuts.
Además, a la izquierda de la tienda había una boca de la verdad versión tamagotchi. Al lado de esta había una cámara interactiva. Si te ponías delante, veías tu imagen en una televisión con adornos aleatorios sobre tí, como una cofia, una tarta de cumpleaños, medio cuerpo sin cabeza dándote de comer donuts, etc.

No podía faltar una foto de la chorrada en cuestión.

Después pasamos cerca del H&M, y vimos gente hacer cola delante de un ascensor a pie de calle. Al lado de la cola se encontraba este cartel.

Al parecer estaban promocionando esta bebida llamada Vitamin water. Si subías a la novena planta te daban una botella gratis. Tenías que girar una ruleta y según dónde cayera, esa era la que te daban en concreto. A Kazuki y a mí nos tocó la roja, sabor fruta del dragón. Todas son bebidas vitamínicas, esta en concreto decía ser rica en vitamina C.
Mi veredicto tras darle un trago: se me quitaron las ganas de darle un segundo trago. De hecho al rato, cuando se me olvidó el sabor, se me ocurrió darle un segundo trago, y ya tuve que tirarla, no fuera a ser que me pasara una tercera vez.
Lo mismo es como las medicinas, que todas saben mal pero son por tu bien.

Eso sí, el sitio era super chulo, rollo discoteca, y con bebidas gratis, ¿qué más se puede pedir? XD

Trámites inevitables

Ayer se acabó el puente que tienen aquí por el comienzo del otoño, así que fuimos por la mañana a solicitar el carnet de extranjero/a, también conocido como alien card. Una vez conseguido el papelote que te dan para llevar en 3-4 semanas y que te den el carnet de verdad, solicité también el seguro médico (en otra ventanilla, ya se sabe…). Eso me lo hicieron en cuestión de unos minutos.

Afortunadamente iba con Kazuki, ya que mi nivel de japonés aún no llega a nivel de entender a funcionarios hablando keigo a toda leche.

Como para poder comprar un móvil, abrir una cuenta en un banco, etc., te piden la alien card, pedí un justificante oficial que viene a decir que estoy esperando a que me la hagan, pero que estar, se está haciendo. Cuesta 300 yen por copia. El papelote me ha servido para comprar un móvil, pero no para abrir una cuenta en un banco. De hecho, de 4 bancos distintos que hemos visitado, en 1 me pedían tener hanko, es decir, un sello que usan los japoneses para firmar, y que contiene los kanji del apellido de la persona en cuestión. Yo pensaba que era de sentido común que no tuviera, pero se ve que la señorita de la oficina no lo pillaba. En otra oficina lo que decían es que o tenía el carnet ya hecho o no les valía el justificante, y en todas, que hasta que no lleve 6 meses viviendo allí, me pueden ir dando pomada ahí donde me duela –siempre dicho muy educadamente y con muchas reverencias de 45 grados-.

Como tener una cuenta bancaria ahora mismo no me corre prisa -para pagar bastantes facturas no hace falta domiciliarlas en una cuenta bancaria-, ya iré con calma visitando más bancos hasta que cuele uno.


Como comentaba antes, lo que sí que tengo ya es un móvil japonés. Estuvimos investigando varias compañías, y la que me salía más rentable era AU. Hay una oferta por la que el móvil te sale gratis, y solo pagas por establecer la línea –y por el cargador-. Para mi contrato, he cogido la cuota mensual más barata también.


La verdad es que es un móvil bastante chulo. Lo escogí por dos motivos: se le puede poner el software en inglés y me gusta el diseño. Es el SH001, en color rojo. La cámara de fotos del móvil parece incluso más moderna que la mía normal.

Ahora solo me falta lograr entender el manual, que solo viene en japonés. Tengo más o menos pilladas las funciones básicas: cambiar la melodía, hacer fotos, usar la agenda, etc., pero si he sobrevivido a desayunar una hamburguesa de tofu esta mañana, también puedo con el móvil.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Escala en Pekín

Ahora que ya he superado el jet lag y ya me va internet en el portátil, y he conseguido un poco de tiempo entre preparación y preparación previa al comienzo de las clases, toca la actualización tardía sobre la experiencia en Pekín.
De Barajas hasta Pekín el vuelo duraba unas 12 horas. La idea era drogarme en el viaje para poder dormir y luego ser capaz de hacer turismo las 9 horas que duraba la escala, pero hubo un pequeño fallo en el plan. Más concretamente, unos 5 o 6 pequeños fallos. Aún más concretamente, 5 o 6 puñeteros bebés llorando y gritando como si les estuvieran arrancando las manos 12 horas sin parar. El somnífero me durmió las extremidades, pero no la cabeza, la cual dolía como ella sola al llegar. De hecho, 2 de los niños estaban en los 2 asientos detrás del mío.
Ya en Pekín, con las ojeras casi rozándome la barbilla, y habiendo convertido mi falta de aprecio por los niños pequeños en auténtico odio, me dispuse a pasar el típico control de inmigración del aeropuerto. Sin problemas, aunque me encontré algo curioso en el aeropuerto.


Allí es donde tenías que entregar el papel que te dan para rellenar diciendo si tienes gripe A o alguno de sus síntomas. Lo que no se ve bien es el cartel de arriba, en el que indica que tienes que pasar despacio, pues están monitorizando tu temperatura corporal, no sea que tengas fiebre. En Japón me encontré un control igual. No están paranoicos en Asia con lo de la gripe A, qué va...

De camino al tren que lleva a la ciudad, me encontré con esta curiosa mascota:

Me recordaba un poco a Fluvi, por la bizarrez y por ser mascota de una Expo.
Y ahora las fotos de turismo de rigor:





Para demostrar que estuve allí, con mi atractiva expresión de tener el sol de cara:

Para recuperar energías, probé el Red Bull chino. La lata tiene un diseño interesante.


Y para bajar las brochetas con shichimi, o mejor dicho, el shichimi con brochetas que me comí luego, una joya del pasado, ¡Mirinda!

He descubierto que no me gusta la Mirinda, pero valió la pena solo por la frikez.
Otro detalle curioso fue que es obligatorio pasar tu mochila por un detector de rayos X cada vez que entras al metro.

Ahora ya en Japón, ya he ido a comprar material para clase. Por supuesto, he conseguido un estuche de Mameshiba XD. Como ha sido fiesta desde el lunes, aún no he podido ir a la oficina de inmigración a pedir mi carnet de extranjera, o "alien card", como la llaman aquí. Mañana ya abren, así que madrugaré para ir.

martes, 22 de septiembre de 2009

¡Ya he llegado!

Salí de Barajas hacia Pekín el domingo a las 13:30, y he llegado a Funabashi siendo las 17:00 del lunes en España (para que se vea la cantidad de horas que llevo sin dormir).
Para evitar morir de agotamiento, me voy a dormir ya. En cuanto me haya recuperado del jetlag, pasado las fotos al ordenador y eso, vendrá el post sobre el viaje un poco más en detalle, ¡sigan atentos/as a sus pantallas!

viernes, 18 de septiembre de 2009

Quedan dos días para coger el avión

Este mismo domingo partiré, o más bien partiremos hacia Pekín, a donde llegaré el lunes por la mañana, y después hacia Narita. Digo que partiremos porque he hecho una nueva amiga, Edamameshiba.


Edamameshiba solo habla japonés y un poquito de español, así que no me será de mucha ayuda en China, pero lo pasaremos bien y haremos algo de turismo. Servidora tampoco habla una sola palabra de chino, pero he sobrevivido ya a varios paises en los que no hablaba la lengua regional.
Por motivos de preparativos ya no actualizaré hasta que esté en Japón.
¡Buen fin de semana!

lunes, 14 de septiembre de 2009

Visado de Japón, capítulo 4

¡Por fín! Madre mía, si los japoneses quieren evitar que se les llene la isla de extranjeros han buscado un buen método con un proceso tan laaargo y tedioso para hacer un visado, pero ya está, ya lo tengo en mis manos.

*Tratad de imaginarme con una pose triunfal, pasaporte en mano*

En realidad me llamaron el viernes por la tarde de la sección consular de la embajada diciendo que ya lo tenían hecho (para esto sí que han sido rápidos, aunque por lo que me comentaron, si había algún error en el COE se podía demorar hasta 6 días), pero como no me daba tiempo a llegar antes de que cerraran he ido hoy. Una cosa que me ha sorprendido es que la validez del visado es de 15 meses, aunque según tengo entendido, en cuanto se acaba el curso la escuela ya se encarga de que no te puedas quedar más tiempo en el país. Ya tendré tiempo de averiguarlo.
Este mismo domingo parto para allá. Lo bonito que está mi pasaporte con tanta pegatina, que parece un álbum de cromos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Visado de Japón, capítulo 3

¡Por fín me ha llegado el Certificado de Elegibilidad! Era el último documento que me faltaba para poder ir a la embajada de Japón a pedir el visado. Me ha llegado esta mañana y he aprovechado después de comer para ir.

He notado la diferencia de facilidad de entrar en un país y en otros... la embajada de China parecía el ambulatorio por las mañanas, hasta arriba de gente. La de Japón... desierta... faltaban los arbustos rodando. Ya había ido más veces, así que no me ha pillado por sorpresa.

Lo que he tenido que entregar en la sección consular ha sido:

-Certificado de Elegibilidad.
-Documento de admisión de la escuela (lo dan con el COE).
-Una foto de carnet (no vale fotocopiar una).
-El pasaporte vigente.
-Un documento que te dan allí rellenado con tus datos. Te dan uno rellenado de ejemplo para que sepas cómo rellenarlo.

A primeros de la semana que viene me llaman para avisarme de cuándo puedo ir a recoger mi pasaporte.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Visado de China

Ninguna compañía aérea hace vuelos directos de España a Japón, así que me tocó comprar el billete de avión en función de dos factores importantes:

-Precio (cuanto más barato mejor).
-Escala que me permita conocer algún sitio nuevo (total, la escala la tengo que hacer sí o también).

Encontré un vuelo majete de Air China que por el mismo precio tenía opción a hacer una escala en Pekín de 3, 5 o 9 horas. Nunca he estado en Pekín, así que está claro, ¡el de 9 horas! No hay dolor cuando se trata de conocer sitios nuevos.
Lo que no sabía en ese momento es que es necesario un visado para pisar el territorio Chino, aunque sea para unas pocas horas, así que esta semana fui a sacar el visado de turista, y así aumentar la colección de pegatinas en el pasaporte.
Datos importantes:

-Hay que ir al consulado, no a la embajada.
-Solo atienden lunes, miércoles y viernes, y hasta las 13:00 nada más.
-Es mejor no ir en miércoles (servidora tuvo la mala suerte de elegir ese día y se comió dos horas de cola).

Para hacer el trámite solo tuve que rellenar un documento que se puede imprimir desde la web de la embajada de China o se puede coger en el mismo consulado, pegarle una foto de carnet, y dejarles mi pasaporte hasta que lo tuvieran listo. Recomiendo mejor coger el formulario allí, el de la página web sale raro al imprimirlo. No hace falta llevar pegamento, al lado de la ventanilla tienen una barra de pegamento y unas tijeras de papel para recortar la foto.
Además de asegurar que no tenemos enfermedades contagiosas y esas cosas típicas que se ponen en estos formularios, hay que elegir la velocidad del trámite. La normal tarda 5 días y cuesta 25 euros, la de semi urgencia, 3 días con 23 euros extra, y la urgente, 1 día, con 33 euros extra. Estoy hablando de lo que cuesta si tienes pasaporte español, como yo. Con pasaporte de otros países el precio es distinto.
Aunque cerraban a las 13:00 y yo llegué a las 11:30, hasta las 13:30 no llegué a la ventanilla. Una vez entregado todo, el señor de la ventanilla, sin mirarme siquiera, me dio un resguardo y me dijo que en dos días lo tenía.

Hoy volví a por mi pasaporte con su visado chino incluido. Afortunadamente, para pagar y recoger los pasaportes hay mucha menos cola, y apenas esperé unos minutos. La chica de la ventanilla debía ser pariente del señor del otro día, porque era igual de maja.

Y he aquí mi visado:

viernes, 4 de septiembre de 2009

Visado de Japón, capítulo 2

Seguimos pues con la historia del visado.
Una vez conseguidos todos los documentos y dejando que me perforaran el brazo para hacerme la prueba de la tuberculosis, envié todo por correo a Kazuki. Una vez lo llevó a la escuela, el señor S se dio cuenta de que había cometido un error, había olvidado darle un papel...

En Japón no suelen mentar a la madre de la gente cuando estas cosas pasan, pero yo sí que lo hice.

Debido a que ya casi era la fecha límite, a que los envíos desde España son muy lentos, y a que el error no fue mío, me dejaron algo más de tiempo para rellenar ese papel y mandarlo. Así lo hice, y accedieron a coger mis papeles sin problemas.

Una vez ya todo entregado ya solo quedaba una cosa, ¡hacer el pago de los derechos de inscripción! Son 50.000 yenes, de los cuales, en el caso de que te denegaran el visado, se quedan 10.000. Cuando miré en la web de mi banco cómo hacer la transferencia al extranjero, descubrí lo que era un código SWIFT.

Ahora imaginemos que pongo una pose muy molona mientras el viento ondea mi capa de super heroína.

Yo trabajo en el horario de los bancos, así que fue mi padre a hacer el pago al banco.
Ya una vez todo hecho, solo quedaba que en abril mandaran toda la documentación a inmigración y esperar muuuchos meses para obtener una respuesta a si me daban el visado o no, apenas 4 semanas antes de que empezara el curso.

Si estoy escribiendo este blog es porque esta misma semana recibí la buena noticia. ¡Me lo han concedido!
El lunes, desde la academia enviaron unas postales a cada garante indicando que sí que habíamos sido aceptados por inmigración, y que hiciéramos el pago de los 6 primeros meses. Dejémoslo en que es caro. Una vez hice el pago, escaneé el justificante del banco y se lo mandé a Kazuki (con una traducción adjunta al inglés, simplemente para que vean que pone que he pagado).
Al día siguiente fue a la escuela con el justificante y le dieron mi certificado de elegibilidad. Es el documento que tengo que llevar a la embajada de Japón para que ya me hagan el visado de verdad de la buena.

Aquí concluye toda la historia del visado que ha ocurrido hasta ahora.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Visado de Japón, capítulo 1

A finales del año 2008 investigué en internet las escuelas de Japonés en Tokio, buscando cuáles tramitaban visados de estudiante. De entre ellas hice una lista de pros y contras, y la ganadora fue la escuela Naganuma. Uno de los motivos fue que al enviar un e-mail solicitando información, me respondieron en castellano.
Lo que me dijeron en primer lugar fue que necesitaba un garante que viviera en Tokyo o alrededores, y que esta persona se pasara por la escuela. La función del garante es entregar y recoger papeles en tu lugar (ya que no envían nada fuera de Japón), y responsabilizarse de que no harás nada ilegal durante tu estancia allí.
Quitando la historia de las visitas varias que tuvo que hacer Kazuki, mi novio, a la escuela, resumiré comentando que le dijeron que sí podía ser mi garante, y en la visita definitiva por fín le dieron los documentos para la solicitud de visado Shuugakusei, o de estudiante pre-universitario.
El señor S, el encargado del tema de visados, le explicó cómo rellenarlos, en qué idioma tendría que ir cada uno, que todos debían ir acompañados de una traducción a japonés, e incluso le dio algún consejillo acerca de cómo rellenarlos.
Teníamos una fecha límite para todo, antes del comienzo de Marzo, así que me puse manos a la obra recopilando papeles y traduciéndolos al inglés para que Kazuki los pudiera traducir a japonés, mil gracias por todo lo que se esforzó (nota mental: traducir documentos legales te hace sentir como si no entendieras tu propio idioma).
Los documentos que tuve que entregar para el visado Shuugakusei son:
  1. Solicitud de admisión: Es un folio que no tengo muy claro si es verde o azul, que me pidieron que rellenara en Español. Lo proporciona la escuela. Básicamente hay que poner tu nombre, el tiempo que vas a estudiar, tu dirección, cuándo empiezas el curso, cuál fue la última escuela de la que te graduaste, si tienes algún título de japonés, tu nº de pasaporte… esas cosas.
  2. Solicitud del Certificado de Elegibilidad: Importante, si no hay certificado no hay visado, esto es lo que tarda tantos meses en tramitarse y te hace odiar con todas tus fuerzas la lenta burocracia nipona. Consta de 3 páginas que proporciona la escuela, que me pidieron que rellenara en Inglés (suerte que se inglés, si no, no podría irme a estudiar a un país de no habla inglesa, como es lógico y normal hoy en día). En los 3 documentos te preguntan sobre tu vida, pero la escuela te deja ya respondidas parte de las preguntas, lo cual ayuda. Como antes, datos personales, si estás casada o soltera, a qué te dedicas, cuántas veces has estado en Japón, si tienes antecedentes penales y cuáles, por qué quieres estudiar en Japón, cuántos años has estudiado en total desde que comenzaste primaria hasta que te graduaste de lo último (si son estudios que no hubieras acabado, lo tienes que poner igual, aunque sea cuestión de meses), quién te va a soportar financieramente (en mi caso, yo), cuánto dinero vas a tener mensualmente, datos de tu empresa (o de la de la persona que te soporte), etc.
  3. Cuatro fotos de carnet: Esto no requiere explicación.
  4. Historia personal: Otro de los papeles que te da la escuela. Es como un "currículum", que tuve que escribir en español. Te preguntan acerca de todas las escuelas en las que has estado, durante qué fechas, dónde se encuentran, los últimos 3 sitios en los que has trabajado, todas las veces que has estado en Japón con fecha de entrada y de salida (eso se mira en el pasaporte si no te acuerdas), el nombre, edad y ocupación de tus padres, y lo más gracioso… tienes que escribir una redacción indicando por qué quieres estudiar Japonés. Casi me da algo intentando pensar qué escribir aquí para que a inmigración no le parezca mal. También preguntan tus planes después de acabar el curso.
  5. Certificado de graduación de la última escuela a la que se ha atendido: Este papelote fue el que me produjo más dolores de cabeza. El señor S decía que tenía que presentar el original y que no me lo iban a devolver, pero… ¿cómo voy a coger y regalar mi diploma del ciclo? ¡Vamos hombre! Tras muchas vueltas y mucho insistir, que en el instituto dijeran que no me podían hacer un duplicado ni compulsar una copia, etc., al final mandé una fotocopia a color plastificada. Lo más gracioso, el señor S cogió la fotocopia, hizo una reducción a A4 y le devolvió a Kazuki mi fotocopia tamaño A3. Afortunadamente muchos kilómetros frenan las ansias asesinas de cualquiera.
  6. Certificado de notas de la última escuela: Esto lo tuve que pedir en el instituto donde hice el ciclo (bueno, en realidad fue mi madre porque yo trabajaba y la secretaría abre en el extensísimo horario de: 11:00 a 13:00. ¡Madre mía, qué estrés!). Para los que penséis, como se me ocurrió a mí al principio, que es el libro de calificaciones de la escuela, no, es otra cosa. Si lo pides en secretaría de tu instituto, colegio, etc., te lo tienen preparado en un par de días. Pone las notas que sacaste y tu nota media final.
  7. Certificado de estudios del idioma japonés: Como yo he estudiado siempre por mi cuenta menos los mesecillos que estuve con profesor particular, lo comente y no me lo pidieron, pero imagino que a la gente que haya estudiado en academia sí que se lo pedirán.
  8. Juramento: Es un papelote en inglés en el que juras y perjuras que no vas a hacer el gamba en Japón y no te vas a quedar más tiempo del que permite tu visado ni vas a hacer actividades ilegales. Te lo proporciona la escuela.
  9. Certificado médico indicando que no tienes tuberculosis: Sí, como suena… cuando le dije a mi médico que necesitaba hacerme la prueba de la tuberculosis me preguntó: “¿Pero para qué quieres tú eso?”. Es lo que tiene tener aspecto sano… y le conté mi historia. Cuando fui a la enfermera a que me la hiciera, lo mismo. Por si alguien siente curiosidad, te inyectan una sustancia formando una ampolla en tu brazo y te pintan a boli el área que no te tienes que rascar. A los 3 días tienes que volver, y si se te ha inflamado el área donde te inyectaron, entonces te tienen que hacer radiografías. En mi caso, en cuestión de minutos se me rebajó la ampolla, no sentí ningún picor y no se me inflamó en absoluto. La enfermera me hizo un papel indicando que el resultado de la prueba era negativo, y eso fue lo que entregué.
  10. Evidencia de soporte financiero para cubrir todos los gastos del solicitante: Según si eres tú o es otra persona la que te va a pagar los gastos, son unos papeles u otros. En mi caso, como elegí ser mi propio soporte financiero tuve que presentar un certificado de haberes, que pedí al departamento de personal de mi trabajo y tuve al día siguiente de pedirlo (es el documento que certifica dónde trabajas y cuánto ganas al año), y un papel del banco diciendo que tengo ahorrado el equivalente a más de 2.000.000 de yenes (se dice pronto), por el que, por cierto, el banco te cobra. Como yo llevaba más de 3 años en la misma empresa no me pidieron más papeles, pero en caso de haber llevado menos, tendría que haber presentado nóminas también.
  11. Fotocopia del pasaporte: Con fotocopiar la parte que tiene tus datos personales y tu foto vale.
  12. Juramento de tu garante en japón: Viene a decir que se asegurará de que cumplas lo que juras en el punto 8.
  13. Traducciones de todo al japonés: En otras escuelas te piden que sean oficiales hechas por un traductor. Afortunadamente, en esta no.

Próximamente, el capítulo 2.

martes, 1 de septiembre de 2009

Comienzo empieza por la letra C

¡Hola! Comenzar por un saludo suele ser lo correcto, y así he decidido hacer yo.
Presentándome brevemente, mi pseudónimo es Cal, y mi nombre real es Celia. Se me suele conocer igualmente por ambos nombres. Actualmente vivo en Alcalá de Henares, provincia de Madrid, y en breve viajaré a Japón para estudiar japonés durante un año en la escuela Naganuma, en Tokio. Por supuesto, tal aventura merece ser plasmada en alguna parte, y por eso he creado este blog.
Desgraciadamente, poner nombres no es lo mío, así que el blog se llama "Cal en Japón" porque... va de... Cal en Japón ^^U.

Mi aventura no comienza hasta el día 20 de septiembre, día de mi partida. Hasta entonces, como ayuda a aquellas personas que se quieren aventurar en ir a estudiar a la otra punta del mundo, relataré un poco la tortuosa historia que implicó conseguir el visado. ¡Espero que le pueda servir de ayuda a alguien!