
Porque en Saitama -o Tokio, Chiba, Kanagawa...- no hay éxodo, desesperación ni destrucción, digan lo que digan algunos periódicos, me puedo permitir hacer una entrada sobre cosas monas.
Estos bombones tan entrañables me los encontré en el todo a 100 de la estación de Todakouen. Yo me planteo adoptar una vaca, un hipopótamo y un perrillo. Lo malo es que me daría pena abrirlos para comerme el chocolate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Indica SIEMPRE tu nombre/alias cuando comentes sin cuenta de Google. Gracias.