Ikebukuro. 10 de la mañana. Cal se está muriendo de sueño y es la primera en llegar. A los pocos minutos comienza a llegar el resto, y en cuanto estamos todos Izumi nos guía hacia el lugar donde podríamos cumplir el objetivo por el que nos habíamos reunido tan temprado un domingo: comprar lotería de fin de año. No se si nos tocará a alguno, pero teníamos que intentarlo.
Ya tenemos los boletos en nuestro poder y algo de tiempo libre tras ello -yo no mucho porque luego tenía que trabajar por la tarde-. Tras mucho deliberar los días anteriores decidimos ir a Ueno, a visitar el Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia.

¿Y qué hay en este museo? Por ejemplo, ballenas voladoras.

También se pueden observar reproducciones bastante curradas de la fauna japonesa, por ejemplo, la salamandra gigante.
Investigando en uno de los ordenadores qué leches era ese bicho tan grande, y cuál es su hábitat para evitarlo.
El bicho en cuestión.


También había una exposición sobre la historia de los japoneses, encontrando reproducciones tan realistas que daban mal rollo de cómo eran los japoneses de las eras anteriores. También te podías encontrar en una de las secciones a los japoneses actuales.