Una de las cosas famosas de este lugar son sus zonas de escalada. Muchos aficionados a este deporte vienen para escalar en roca. Yo, aunque solo había hecho escalada indoor, tenía ya ganas de probar a subirme a una pared de roca de verdad, así que había que aprovechar.
Como ni Kazuki ni yo habíamos escalado nunca con cuerda y varias escuelas de escalada allí ofrecen tours para enseñar a principiantes, decidimos probar uno. Te recogen en el hotel, te alquilan todo el equipamiento necesario, y te llevan hasta Railay -en furgoneta primero y luego en barco- para "enseñarte" lo básico -nuestra experiencia fue más un "te ato la cuerda y ahí tienes la roca. Hala, escala"- y dejarte escalar unas cuantas horas.
Este es el sitio.
Mi primer intento (finalizado con éxito).
De camino allí se puso a llover bastante, y temimos que nos fuéramos a tener que volver sin haber hecho nada, pero afortunadamente al llegar pasó a chispear nada más y luego ya dejó de llover del todo.
Kazuki arriba dándolo todo.
Servidora de camino al mismo sitio que Kazuki.
Cuando nos abandonó la fuerza muscular nos quitamos los arneses y fuimos a dar una vuelta por Railay. Por si sentís curiosidad, hay un baño cercano -detalle importante-, pero es de pago.
Fue una experiencia divertida -y acojonante. Es mucha más altura de la que estoy acostumbrada-, pero me hubiera gustado más si realmente el "curso" hubiera tenido alguna explicación, o si los instructores no fumaran tantísimo en medio de todo el mundo.
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