viernes, 23 de octubre de 2009

La emancipación y sus inconvenientes

En Japón hay muchas cosas que se hacen de modo distinto en España, y que te hacen tomarte tu tiempo para acostumbrarte, como el método de recogida de basuras -otro día le dedico una entrada, que se lo merece-, o el de pagar las facturas.
Yo estaba acostumbrada a España. En el banco o en el idem, vamos.

Hablando de bancos, aquí tenemos a Haruma Miura haciendo publicidad del banco Mitsubishi UFG. Cómo se lo montan :D.

Pues aquí no, como son más chulos que un ocho no se limitan al banco.
Aquí según la factura puedes:

A.- Domiciliarla en el banco.

B.- Irte al banco X a hacer el ingreso.

C.- Irte con el papel que te han mandado por correo al Convini.

D.- Irte con el papel que te han mandado por correo a la oficina de Correos.

Hoy coincidía por primera vez en toda la semana que me encontraba en casa en horario de apertura de Correos, asi que me fui con la factura del gas para allá.
Afortunadamente, la oficina de correos me pilla a 2 minutos escasos. Pues bien, entré, me dirigí a la ventanilla, y una amable señora me dijo que las facturas solo se podían pagar hasta las 4 en el mostrador, pero que podía pagar en el cajero, y me explicó cómo hacerlo.
Craso error, mi vocabulario de japonés no cuenta con una sola palabra relacionada con el manejo de un cajero automático. No es lo más común en los libros de texto, ya se sabe.
La señora notó mi cara de no estar entendiendo nada, así que decidió acompañarme al cajero y
explicarme paso por paso cómo pagar la factura.
Menos mal que me ayudó, yo siempre me pongo el cajero en inglés porque desconozco todos y
cada uno de los kanji que aparecen -solo usan los 1500 de la lista oficial que aún no he aprendido, malvados-.
La verdad es que la señora de la oficina de correos del barrio es muy pero que muy maja, ole ella.

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